Sreyoun mira con ternura al risueño bebé de diez meses que se revuelve en sus brazos. “Hemos estado mucho juntos”.
Eso confiesa, se diría que justificando su apego por el pequeño, esta camboyana de 24 años
Forma parte de un grupo de 43 mujeres detenidas allá por alquilar su vientre a familias extranjeras, algunas de ellas chinas.
Reciben unos 10.000 dólares. Su sueldo mensual es de 160 dólares. Pensó que podría comprar una casa y ahorrar algo de dinero.
Los padres biológicos no tienen, por ahora, acceso a los niños. “Pienso en lo que deben sufrir, pero no quiero que nos encuentren”.
Hablan con miedo; a que los niños se “pierdan” y a acabar siendo encarceladas. “No quiero que sus padres me contacten".
Está más pobre que antes. Ninguna ha recibido el dinero acordado, tienen una boca más que alimentar y no pueden trabajar hasta que acabe el juicio.
Es alucinante que exista el negocio del “alquiler de vientre”. Todo es posible entre los humanos.
@gonzalogallog
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