Algo muy importante que debes hacer como padre con tus hijos es entender qué es en verdad la felicidad.
La felicidad no es sonreír todo el rato, o que no afronten dificultades, penas, dolores y tensiones que son necesarias para madurar.
De hecho, cuando les pones las cosas bien fáciles, entonces su vida va a ser bien difícil porque todo se los han hecho.
Imagina que vas al gimnasio porque quieres tener músculos y ves que lo que menos pesa es una pluma y la levantas varias veces.
Así no vas a ningún sitio y lo mismo pasa en la vida: Si las cosas son muy fáciles, no te haces fuerte o resiliente.
La resiliencia es clave para la vida y es una habilidad que surge de enfrentar crisis y/u males con ánimo y fe.
Poner las cosas muy fáciles a corto plazo es una pésima decisión como lo es mimar en demasía y sobreproteger.
Padres y abuelos, amar es poner límites, es disciplinar, es dejar que un niño temple su carácter con trabajo duro, dedicación y sacrificio.
gonzalogallo.com
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