La espiritualidad no es un refugio idílico en el que te apartas de la realidad y evades tus responsabilidades, muy contento con una vida de goces espirituales y experiencias lindas.
No, si estás en la luz andas en el amor, eres consciente de todos los males y das lo mejor de ti para ayudar a que otros despierten y vivan mejor.
Es rico pero no amoroso contentarse con meditar, tener visiones o cantar alabanzas mientras otros están desolados, padecen y no saben si van a comer o dónde van a dormir.
La misión no es huir de la oscura realidad, es ser un trabajador de la luz, es como lo hizo Yeshua, sentir compasión con millones de hermanos que sufren.
Además si te encierras a meditar de modo constante, ¿cómo puedes practicar el amor si nadie te molesta o te talla?
¿A quién perdonas o con quiénes eres paciente, tolerante, generoso, sincero o buena gente? Con nadie. Es una espiritualidad engañosa, es una evasión.
Es en medio de las relaciones y las dificultades como puedes ver si de verdad tu amor es real o un burdo embeleco.
Con razón las parejas al casarse prometen estar con el otro en las malas, en la pobreza y la enfermedad. Amar sin afrontar males es un embuste o una farsa.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015