En los niños, los traumas tienen un fuerte impacto en la manera en que van construyendo sus relaciones.
Un niño puede concentrarse en el peligro mientras se pierde otras señales sociales más gratas y positivas.
Según la ciencia, los cambios cerebrales pueden afectar la forma en que un niño moldea activamente el mundo que le rodea. En el caso de los niños, existen importantes y esperanzadoras ventanas de acción y estrategias para ayudarlos en su desarrollo. Una buena noticia es la impresionante plasticidad del cerebro, que le permite cambiar en respuesta al ambiente y las experiencias sociales. Los cambios en el cerebro que ocurren después de un trauma pueden mejorar con el tiempo y eso depende del modo como se cría.
“Todo mejora cuando un niño experimenta seguridad, estabilidad y apoyo”, señala Katie McLaughlin, profesora de psicología en Harvard. Un niño que es amado tiene la capacidad de superar los traumas si crece en un ambiente donde lo valoran y le ayudan.
@gonzalogallog
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