Eres inteligente y vas por el buen camino cuando descubres los “costos ocultos” de tus acciones.
Esos costos son similares a los que busca el inversor cauto antes de embarcarse en una obra o empresa.
Luego viene una decisión férrea para alejarse de algo dañino, pero con apariencia de grandioso.
La verdad es que las pirámides prometedoras no son solo financieras, también son afectivas o emocionales.
Abundan los seres falsos que demasiado tarde ven todo lo que pierden en sus relaciones furtivas.
Ganar para perder es el castigo de los que no van más allá de la epidermis y sufren de facilismo.
Lo fácil tienta, seduce y enceguece, lo fácil te da goces pasajeros y dolores permanentes. Por eso te conviene reflexionar, tener fuerza de voluntad y no ver bienes en lo que te llevará a sufrir.
@gonzalogallog
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