Las palabras tienen mucho poder, pero muchos no se percatan de eso y no se dedican a cambiar su lenguaje.
Ante la realidad de lo que se llama muerte sí que es bien necesario hacer cambios para aligerar el peso del duelo.
Se habla de muertos y, claro, eso lacera el alma. ¿Cuáles muertos? No existen porque la vida sigue.
Se dice que alguien murió cuando debería hablarse de que su cuerpo dejó de funcionar y que su energía trascendió.
Podría pensarse que eso no vale la pena, pero volvamos a la realidad del tremendo poder de las palabras y el modo de pensar.
Es obvio que el duelo cambia y el dolor merma cuando de verdad crees que no hay un muerto sino un ser que vive.
Pruebas de que la vida sigue es lo que hay si te dedicas a leer libros serios y a escuchar testimonios veraces.
Lo triste es ver a algunos “muertos en vida” por no asumir bien la separación física de su ser amado que está vivo.
@gonzalogallog
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