El toque emocional puede ayudar a formar nuestras impresiones del carácter de las personas.
En un experimento clásico, la gente tiene en sus manos una bebida caliente o fría cuando se conocen por primera vez.
Pues bien, aquellos con la bebida caliente, literalmente calificaron la gente que conocieron como más cálida y social.
No los catalogaron como mejores en general, por ejemplo, como más inteligentes o más competentes, sino como más cálidos.
En otro estudio las personas evaluaron los currículums de otros, los cuales estaban sujetos en tablas de madera.
Si los papeles estaban en tablas gruesas y pesadas, en lugar de ligeras, la gente los catalogó con más seriedad, más autoridad.
No se dijo que fueran más inteligentes o mejores para el trabajo en equipo, o cosas por el estilo. Sino que el peso los hacía parecer pesados.
Ocurre en todas las culturas. Esto se ha hecho en Papúa Nueva Guinea, es algo que ha surgido en la psicología social una y otra vez. La mente nos engaña.
@gonzalogallog
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