En algún momento alguien nos ha rayado el corazón y quizás hemos alimentado odio, rencor o venganza.
Si alguien te ha hecho mucho daño, lo normal es que cueste cielo y tierra perdonar de corazón.
Si apelas a la comprensión y la compasión, sanas las heridas emocionales y alejas el sufrimiento.
Al perdonar, dejas de pensar en el perpetrador y no ves el mundo como un lugar hostil, peligroso o injusto.
La compasión no ve a los seres como buenos y malos, y mira a quien falla como un ser en inconsciencia y desamor.
Es que el mundo no es negro y blanco y nadie es químicamente puro ni químicamente malo.
En el óleo de la vida hay muchos matices, hay grises y no todo es del todo oscuro ni luminoso o claro.
Mira en internet este video: “El asesino de Río verde”, y sé consciente de la paz de quien perdona y la rabia de quien odia.
@gonzalogallog
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