Dios mora en nuestro ser, los angelitos nos acompañan y somos las sumas de varios “Yo”, aunque no lo percibamos.
La armonía entre ellos evita conflictos o dilemas: Pensamos y al mismo tiempo somos observadores del que piensa.
Somos tan complejos que un yo se detiene a analizar lo que hizo otro yo: “Uy, ¿cómo es que hice eso? “¿Por qué?”.
El sabio indio Krishnamurti, 1895-1986, era bien amigo de profundizar sobre ese misterio del pensador y el observador.
Siempre invitaba a ser cada día más conscientes, controlar la mente y vivir en coherencia con buena consciencia. Mira sus buenos videos.
A este plano se viene solo a evolucionar en tres áreas: Ser más amorosos, conscientes y coherentes. Nada más.
Pero ¿acaso esas son las prioridades sociales? Para nada y, por eso es común vivir enredados, sin paz y desolados.
Ámate, ama y dedica buen tiempo a ser consciente y coherente. Eso es saber vivir con armonía interna y externa.
@Gonzalogallog
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