¿Por qué la muerte genera tantos estropicios emocionales? Hay muchos motivos como los apegos y las falsas creencias. Culpamos a Dios y fácilmente llamamos amor a la posesividad y somos prisioneros al apegarnos. No es raro que hablemos de “mi” pareja, “mis” hijos, “mis nietos” o “mis” amigos” y los cuidemos como posesiones.
En teoría sabemos que estamos de paso y que nada es nuestro, en la práctica sufrimos con ataduras conscientes e inconscientes. Ponemos la felicidad fuera de nosotros mismos, creamos relaciones dependientes y con plena convicción decimos: “Sin ti no puedo vivir”.
“Mis hijos son la razón de mi vida”, “si esta persona muere, me muero con ella o me enloquezco”.
Eso que para nosotros es amor, en la realidad puede ser un asimiento doloroso y egoísta. Tememos a la muerte, porque no somos libres ni liberamos a los que decimos amar. ¿Deseas estar preparado para partir sin apegos ni temores? Lee mi libro “7 frenos para morir bien”. Es para vivir bien y bien morir.
@gonzalogallog
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