Hoy voy a iluminar mi mente y alegrar mi espíritu con buenas acciones que me alegran, me rejuvenecen y me refrescan:
Ante todo daré gracias por todo lo que vea y valoraré hechos como estar vivo, respirar, ver, pensar, sentir, caminar e imaginar.
Admiraré el brillo del sol y el azul del cielo, me deleitaré con linda música y saborearé despacio los alimentos.
Me deslumbraré con el colorido de las flores y sus aromas, con los tonos de verde y la variedad de los animales y las plantas.
Hoy me sentiré vivo y no andaré en automático porque todo tendrá un valor y reconoceré que lo más valioso de la vida es la vida misma.
Hoy pondré a volar mi creatividad y le diré adiós a la rutina. Voy a probar algo nuevo en mi modo de amar, vestir, orar, comer y trabajar.
A ejemplo de Da Vinci seré consciente de mis cinco sentidos y le daré importancia a lo que hasta ahora me parecía insignificante.
Este día lo viviré como si fuera el último y, por eso, le expresaré mi amor a los que hacen camino conmigo. Hoy, Dios mío, seré consciente de que siempre estás conmigo. Gracias, te amo.
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