En vista de las fuertes discrepancias entre la Gobernación de Caldas, la gerencia de Aerocafé, la Cámara de Comercio de Manizales y el Comité Intergremial de Caldas con la Aerocivil, a finales del año 2017, atendiendo una solicitud del gobernador de Caldas, la presidenta de la Cámara de Comercio y el presidente del Comité Intergremial decidimos desde el Ministerio de Transporte trasladar el proyecto del aeropuerto a la Agencia Nacional de Infraestructura -ANI- para hacerlo a través de una alianza público-privada. Según informes recientes de prensa el proyecto lo devolvieron nuevamente a Aerocivil y el gobierno del presidente Duque apropió otros 100 mil millones en el nuevo Plan Nacional de Desarrollo para adecuar en Palestina una pista de 1.400 metros lineales que reemplace el aeropuerto de La Nubia.
Hace dos meses un amigo, piloto con amplísima experiencia, me comentó de las enormes bondades que podría tener un nuevo aeropuerto en el sector de la nueva vía Pacífico III. Hicimos un sobrevuelo con expertos en temas aeronáuticos que coinciden con lo expuesto y observamos terrenos donde se podría construir este nuevo aeropuerto a 30 o 40 minutos de Manizales, por excelentes y nuevas vías entre el nuevo puente Fortunato Gaviria (cruce del Río Cauca en el Km 41) y el nuevo túnel Arturo Gómez Jaramillo (zona de Tesalia donde se unen Caldas y Risaralda).
Invertir otros 100 mil millones en Palestina es seguir alimentando un barril sin fondo. Solo los rellenos que hay que recuperar valdrían esa suma y mucho más. Un nuevo aeropuerto en una zona con enorme potencial de desarrollo, sobre una vía troncal nacional como Pacífico III, que cumple con todos los requisitos topográficos, de altura sobre el nivel del mar y de aeronavegabilidad, sería importantísimo para Manizales y para Colombia, para la industria, la agroindustria y el transporte de pasajeros.
Los amigos defensores de Aerocafé dicen que esos terrenos reúnen todas las condiciones de aeronavegabilidad, pero la realidad lamentablemente no coincide con las expectativas. A lo anterior súmesele lo que valdría hacer la vía de acceso hasta ese sitio y el eterno problema (no resuelto) de retirar unas cuerdas de alta tensión propiedad de ISA que nadie ha dicho cuándo lo harán y quién asumirá el costo de su retiro. La pregunta sería qué hacer con los terrenos de Aerocafé: parques industriales, viviendas, proyectos educativos, de turismo y muchas cosas más.
En lo que indudablemente coincidimos todos es en la necesidad de construir un nuevo aeropuerto para una ciudad pujante como es hoy Manizales. El último informe Doing business para nuestra ciudad dice que orgullosamente tenemos muchas fortalezas para la inversión y el emprendimiento. Además y aunque no lo dice ese informe la mayor fortaleza de nuestra ciudad es su gente: amable, respetuosa, inteligente. Somos sin duda un gran polo de desarrollo.
Esta nueva alternativa queda para el análisis del gobierno nacional y la dirigencia caldense. Sin duda en esta zona sí se podría hacer un aeropuerto de características internacionales mediante una Alianza Publico Privada, el mejor sistema para hacer hoy infraestructura vial y aeroportuaria en Colombia.
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