¿Fue la Independencia de Colombia el 20 de julio? Esa fecha ha sido aceptada y convertida en fiesta nacional, pero es discutible. Hay múltiples fechas en las que se produjeron fiestas independentistas, que terminaron fracasando ante el intento del Virreinato español por mantener la hegemonía sobre esta parte del mundo.        Napoleón en 1808 invadió a España, dando como resultado la organización de juntas locales para enfrentarlo y resistirlo en la península, gobernando en ausencia del rey Fernando VII. En las colonias esas juntas eran menores. En 1809, colonias como Ecuador y Bolivia querían independizarse. En 1810 una junta en Santa Fe, integrada por civiles e intelectuales criollos, participó en una discusión que se produjo en la casa de José González Llorente. Se dio origen a la firma de un Acta de Independencia de Santa Fe de 1810. (El “Florero de Llorente”). Tuvimos la Patria Boba entre 1810 y 1816. Creíamos que ese período estaba superado, pero la realidad muestra que no. Continuamos viviendo en ella durante dos siglos, para terminar en la degradación total, cuando estamos desde hace mucho, más de 20 años en la construcción de la Patria Loca. Un remedo de democracia, con lo peor que se puede escribir sobre la historia política de un país, carcomido por la ilegalidad, el dominio de los clanes más corruptos que manejan sus feudos, con los más desvergonzados personajes que Colombia puede tener en sus distintas regiones, haciendo una verdadera fiesta de horrores con la Cosa Pública.
Lo que un día dijeron con bombos y platillos era importante, ha dejado de serlo. No tenemos sentido de pertenencia, ni de solidaridad con nuestros hermanos por nacionalidad o adopción. Vivimos en un país plagado de gente obligada a desplazarse por una violencia que les arrebata sus pertenencias, se roba sus tierras. Millones de colombianos que han sido obligados a someterse al desarraigo y la pobreza, bajo la amenaza constante y latente de los grupos políticos, con sus no desconocidos grupos de autodefensas, bandoleros que se hacen llamar guerrillas, muchos delincuentes conformando bandas criminales, para hacer que vivamos sometidos a la barbarie, la intolerancia, la amenaza y la muerte, en un país en la que la vida no tiene importancia alguna.
 El 20 de Julio pasado pudimos ver y oír la alocución de Iván Duque en el Congreso de la República, dirigida a esa mayoría de nimiedades e indecencias que ocupan ese aposento, otrora sagrado. Un discurso soso, lleno de lugares comunes, mostrando la deformación de la realidad que vivimos, para dejar sentado que su último año, que esperemos pase rápido, será uno de improvisación, desgobierno, violencia y caos. 
 Vivimos en una Colombia que no soporta más el imperio de la desigualdad y de la injusticia. Estamos enfrentados hoy a la realidad de un país que no es viable, ni en lo político, ni en lo social; irrespetuoso del principio de la legalidad, la libertad, las diferencias. Convertimos por cuenta de nuestros políticos, lo que se llamó el día de la Independencia, en un festín de indecencia, pero sobre todo, en la demostración de la reedición de un verdadero “día de la dependencia”. Dependencia en lo económico y lo social, con total desprecio a todos los valores perdidos, con falta absoluta de dignidad entre aquellos que mal nos manejan y mal gobiernan.
La presencia de tantos inescrupulosos, de tantos hampones, de ese sin número de vividores del Estado, hacen que nuestro país sea una vergüenza aquende y allende las fronteras. Los colombianos estamos sometidos a vivir en este país de desarraigo y sin valores.
Estábamos en la celebración del “día de la dependencia”, con la demostración de la pérdida de todos los valores y de todos los principios, establecidos en la Constitución del 91. Letra muerta para todos aquellos que han hecho del poder un negocio con el que se enriquecen, a expensas de la desgracia de todo un pueblo.
Esperemos que pase rápido lo que le falta a Iván, para tener la posibilidad que construir un nuevo país, incluyente, justo, solidario y digno.