Titulo esta nota con la forma en la que se define el autor de Verde tierra calcinada, el periodista Juan Miguel Álvarez. Cree que lo ven así los colombianos humildes, que viven en ese país distinto al suyo: el de la guerra, el del postacuerdo.
El libro se presentó la semana pasada en el Banco de la República en Manizales, en donde el autor mencionó que en estas historias había ido más allá de la perspectiva de autor, no solo interpretó y narró en primera persona, sino que se involucró emocionalmente. "Si quería llorar, lloraba; si quería gritar, gritaba. Yo grito en ese libro".
En este oficio nos inculcan que el periodista no es el protagonista de la historia, y aunque los cronistas, como lo es Juan Miguel, tienen ciertas licencias para narrar, nunca se puede llegar al extremo de convertirse en el protagonista. Por eso, corrí a leer en busca de eso que él quiso decir.
La obra parece haber atendido a un viejo consejo de Ryzard Kapuscinski, cumple con el medio de comunicación en el día, y en la noche trabaja en lo tuyo. Parafraseo, pero lo que quiero decir es que Juan Miguel cuando hizo la reportería para una serie de historias en la revista Semana, fue acumulando material en su libreta de apuntes, y en algún momento decidió que todo eso que sobraba sería un libro. Verde tierra calcinada cuenta con fotos impactantes del manizaleño Federico Ríos. De este destaca el narrador que es un fotógrafo talentoso y cumplidor, además de "sensible con un interés genuino por la vida de las personas".
Son en total siete puntos geográficos: La Puria (Chocó), Las Hermosas (Tolima), El Arenillo (Valle del Cauca), La Balsa (Nariño), Calamar (Guaviare), La Coca (Génova -Quindío) y Guaduas (Chocó). La cuidada edición de Rey Naranjo juega con la ubicación geográfica y bajo el título de cada historia nos da los grados, horas y minutos de longitud y latitud, en donde se encuentra ubicado el sitio, una forma de reafirmar que se anduvo por el país lejano.
Juan Miguel es un narrador dedicado y delicado. Sus historias le valieron el premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en el 2017 y el 2018. Su libro Balas por encargo, sobre el sicariato en el Eje Cafetero sigue siendo un referente de buen periodismo y de una realidad macabra.
Por eso, no es que hubiera violado principios periodísticos al abordar estas historias, todo lo contrario, a medida que avanza en los relatos desnuda las inseguridades, las reflexiones, las metidas de pata que tenemos todos los periodistas en terreno. Lo que hace es transparentar su trabajo. Gritar si es necesario. Por eso, este libro lo disfrutará cualquier lector, porque va a toparse con durísimos testimonios de sobrevivientes y con las dificultades y esperanzas que tiene Colombia para ser una nación en paz.
Los periodistas encontrarán un valor adicional: nos plantea dilemas éticos, las preguntas de por qué estoy yo para contar esta historia, cuál es mi razón para hacer que alguien reviva su dolor. Al final intenta respuestas, las mismas que lo condujeron a escribir el libro. En esta parte son clave sus regresos a lo que llama la Burbuja, la ciudad en la que se desdeña de la paz, porque no se ha tenido tan cerca la guerra.
En frases
* "Internarnos en un campamento clandestino podía ser una enriquecedora experiencia periodística, pero de un peligro inmedible".
* "Desde el Parque de la 93, el conflicto armado parecía ocurrir en el país del nunca jamás y yo había retornado a la seguridad de una burbuja".
* "Si un muchacho de esos podía desmembrar metódicamente a una persona, cualquiera de nosotros podía hacerlo".
* "¿Después de cuántos viajes por este país despedazado, por esta verde tierra calcinada, puedo acostumbrarme a la idea de la guerra?"
* "No soy turista ni viajero ocasional. No estoy allí por ocio. Soy reportero".
El dato
Verde tierra calcinada está entre los 11 nominados al premio Biblioteca Narrativa de Colombia, que entregan Eafit, el Grupo Familia y Caracol, listado que se anunció ayer. Dos caldenses se encuentran en esa privilegiada lista, la directora de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Manizales y columnista de LA PATRIA, Adriana Villegas, con su novela El oído miope, presentada en febrero de este año, y ¿En verdad me quieres tanto?, del abogado Iván Asmar, publicada con el sello de Hoyos Editores. Los tres finalistas se conocerán en la segunda semana de febrero y la ceremonia se cumplirá el 29 de ese mes en Medellín.
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