Los vientos de la modernidad nos han traído la inclusión, permite que se acepte a las personas como son y dejar de ver como bichos raros a los que no se pliegan a los estándares de las mayorías. Pero falta muchísimo por lograr dar por sentado que esto es una realidad. Es lo que les sucede a la chica transexual Gabriel (A) y, de manera distinta, a Pecho Frío que, sin ser gay, termina de líder de esta comunidad en Lima y de candidato a la Vicepresidencia en representación de los excluidos.
Estas dos novelas se titulan por los nombres de los protagonistas. La del ecuatoriano Raúl Vallejo con un juego de letras sobre ese que nació Gabriel, pero ahora es Gabriela, en proceso de transformación. Ella intenta salir adelante en Guayaquil, pero en el camino se da cuenta de que no es suficiente con querer ser, porque la discriminación está presente en todas partes, incluidos los medios de comunicación para los que se preparó para trabajar como periodista, pero la contratan como maquilladora.
La historia de Pecho Frío es diferente. Un hombre tan común como cualquier trabajador bancario, pero su mundo cambia cuando asiste a un programa de televisión de escándalo en el que lo seleccionan para salir a concursar. Lo retan a besar al presentador para obtener el premio mayor. Ese día, contra sus principios, accede a la propuesta. Nadie lo mirará igual en adelante.
Vallejo nos tiene acostumbrados a su poética narrativa, mientras Jaime Bayly, ya sabemos, prefiere lo rocambolesco, las circunstancias absurdas. En Gabriel (A) no solo ella, sino su novio padecen la discriminación. Él se enfrenta a dilemas, porque sin dudar de su condición de heterosexual, ahora le gusta una trans. Se cuestiona y su novia le hace ver que cede a los estereotipos de la sociedad. Termina por convertirse en un soporte de esa chica perseguida y que ha visto la violencia de cerca. Se entera de varias amigas que son violentadas por su condición sexual.
En el caso de Pecho Frío es él quien sufre el señalamiento, pero también sabe sacarle partido a que muchos crean que es homosexual y consigue dinero demandando al banco que lo expulsa o vendiendo entrevistas a programas amarillistas, pero claramente se trata de personajes caricaturizados, tanto que los nombres son todos de risa: Culo Fino, Mama Güevos, Puto Amo, Lengua Larga y todos los demás. Es un divertimento que desnuda de alguna manera un poco el mundo del espectáculo y de los famosos de cuarto de hora, en los que se puede perder la gente del común que pasa por ellos si no mantiene los pies en la tierra.
Dos miradas muy diferentes sobre la diversidad sexual y sobre las taras que aún pesan en nuestras sociedades, en Ecuador, en Perú o en Colombia. En modo de literatura o en modo de caricatura.
Tres frases en Gabriel (A)
* La felicidad del día nunca es completa: en el cielo abierto suele formarse una nube, aunque sea pequeña, que nos impide disfrutar de la plenitud del sol.
* El matrimonio parecería ser la institución del amor negociado.
* Los políticos son maña y secretos, solo aparecen en días de elecciones.
Tres frases de Pecho Frío
* He quedado como un mariconcito, todo el mundo piensa que me ha gustado el beso.
* Sintió un poder creciente, firme, que nunca antes había experimentado, el poder del que tiene la palabra.
* Pecho Frío le parecía un idiota, pero un idiota entrañable, querible, al que debía proteger.
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