¿La crisis de los misiles fue la más reciente oportunidad en la que el fin del mundo que conocemos estuvo más cerca? Eso creen muchas personas, otros piensan que tal vez es el momento que vivimos por cuenta de la epidemia por covid-19. No obstante, son muchas las oportunidades en las que la historia de la humanidad estuvo cerca del fin.
Este es más o menos el planteamiento de este inquietante libro: El fin siempre está cerca, de Dan Carlin.
La obra empieza por relatarnos cómo la edad de bronce parece haber sido una época de desarrollo para la humanidad, al menos para las culturas que lograron llegar a ella, pero quienes alcanzaron tales destrezas pronto desaparecieron y apenas en épocas modernas se está valorando la capacidad que alcanzaron, aunque hayan sucumbido a las armas de hierro que lograron otros o tal vez a las epidemias.
Esa es parte de la provocación del autor, tratar de mostrarnos que no todo lo que se ha dicho sobre estos temas es del todo cierto y que hay mucho de especulación en las cosas que se cuentan. No obstante, civilizaciones enteras perecieron por plagas, por invasiones, por fenómenos de la naturaleza que se cobraron miles de vidas.
Es un interesante repaso a la historia, también a cómo la maldad del ser humano puede alcanzar niveles inimaginables o también sobre lo cómodo que resulta criticar hoy las decisiones que tuvieron que tomar los líderes del mundo ayer. Soltar una bomba atómica, por ejemplo, con la intención de terminar de una vez por todas la guerra y para prevenir que otros decidiera volver a cometer actos de barbarie como los ocurridos en la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, la realidad ha mostrado que esa intención de pax romana duró poco, apenas otros países se hicieron con esa arma letal o desarrollaron otras que pusieron a prueba para amedrentar a los enemigos.
El fin siempre ha estado cerca, puede ser la conclusión, pero también que en muchos casos ha operado la sensatez como con los misiles soviéticos en Cuba, cuando Moscú se tragó la candela y desmontó el arsenal nuclear en Cuba para intimidar a Estados Unidos.
Sin embargo, el mundo está lleno de armas que podrían dejarnos en la edad de piedra. Falta un apagón general y quedaríamos en la prehistoria y, lo peor, es que esa posibilidad es real. También están las pandemias, no como la que vivimos ahora que comparada con la letalidad de otras históricas parece poca cosa, pero igual deja espíritus muy golpeados que pueden luego ser incapaces de recuperarse. Bueno, disertaciones sobre las que vale la pena siempre volver. Sin dramatismos, pero con sentido de realidad. Léanlo #HablemosDeLibros y del futuro y sus posibilidades de no llegar.
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