Cuando se habla de Nerón, la imagen que se hace la mayoría es la de un hombre iracundo, que tocaba la cítara mientras Roma ardía, que mató a la madre y también al menos a una de sus esposas. Desde su mandato han pasado dos mil años y durante todos estos tiempos, por cuenta además de la cantidad de cristianos a los que ordenó matar, su imagen de bestia negra -pues su nombre en hebreo coincide con el 666- se prolongó.
No obstante, la literatura tiene espacio para intentarlo todo. Es así como la escritora Margaret George decidió hablar del Nerón más humano, ese hombre que se consideraba estaba habitado por tres nerones distintos: el artista, el visionario y el que infundía miedo, que en ocasiones dominaba a los otros dos.
Se trata de una obra que se desarrolla en los últimos cuatro años de la vida del emperador romano, el que admiraba a Grecia, su historia y sus aportes a la belleza, a la cultura, a la ingeniería, a la sociedad. Todo empieza con el incendio y termina con su muerte. Luego a manera de epílogo dos mujeres cuentan lo que siguió, incluso más de 20 años después, cuando Actea -la esclava que se convirtió en su primera amada- nos relata cómo hubo por lo menos tres imitadores de Nerón, que querían vivir de su fama. También nos da detalles de qué pasó con sus más cercanos, varios de los cuales lo traicionaron.
Nerón, el esplendor y la derrota es la segunda obra de la autora sobre el emperador romano. En la primera se dedicó a contar su juventud y su ascenso al poder, luego de haber sido elegido por Claudio. En esta atiende a los últimos cuatro años. Se inicia en la noche del incendio, que lo toma fuera de Roma, y va hasta la reconstrucción, su participación en los juegos griegos y su derrota final, cuando perseguido, opta por el suicidio.
Es interesante ver cómo durante los 10 años de su imperio, hubo relativa paz en el territorio para una pueblo guerrero como el romano, de hecho firmó un armisticio con Partia, la tierra que César se disponía a conquistar cuando fue asesinado, y liberó a Grecia motu proprio, decisión que al final fue lo que más molestó a los senadores además de otras concesiones al arte y la cultura.
Nerón Claudio César Augusto Germánico. Artista, ingeniero, audaz, cercano al pueblo. Ese es el retrato que nos deja esta novela histórica, la cual por momentos se alarga innecesariamente y puede tornarse aburrida, pero siempre es bueno ver la historia con otros ojos y eso lo logra la autora. Ella dice que la mala fama de Nerón es por cuenta de que perdudaron las obras de sus malquerientes, incluido Séneca, que fue el maestro del emperador, quien no sale muy bien librado en esta obra. Léanla, juzguen ustedes y #HablemosDeLibros.
En frases
* Lo más irresponsable que puede hacer un emperador es abandonar a su gente durante una crisis.
* No hay ninguna tragedia que no sea aprovechada por hombres malvados.
* Este día me había enseñado que entre la literatura y la vida real mediaba un abismo.
* La muerte dura mucho. ¿Para qué adelantarla?
* Tal vez la desesperanza resulte atractiva. Hace que la gente se sienta noble y valiente.
* El estoicismo es una bebida amarga, y quien la bebe se llena a su vez de amargura.
* Alguien que nos conoce y que ama nuestro lado oscuro además del lado bueno es un rubí valiosísimo.
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