Ya antes he confesado mi admiración por el papa Francisco. Este argentino salido del fin del mundo, como él mismo se anuncia, para mostrar que se puede ser coherente en pensamiento y acciones.

Acaba de publicar Soñemos juntos - El camino a un futuro mejor, una obra que recoge sus reflexiones en torno a este año de pandemica, lo cual logró gracias a una serie de entrevistas con el periodista británico Austen Ivereigh, autor del libro El gran reformador. Empiezo por el pie de página final, en el que se advierte que con la idea de cuidar la creación, las emisiones de CO2 que se puedan producir por la impresión y circulación de este texto se compensarán a través de la compra de participación de compensaciones en un proyecto en Guatemala de filtración de agua y de horno de cocción mejorado, que reduce las emisiones porque evita deforestaciones.

Y empiezo por ahí para mostrar cómo las ideas de Francisco trascienden de lo meramente contemplativo para pasar a la acción, tal como lo pregona una vez más en este texto. Se divide en tres partes o tiempos: Para ver, para elegir y para actuar, además de un epílogo.

El traductor le puso un dejo en argentino para que suene más al papa, con mayores acentos en agudas y con voseo en varias partes: “Mirá solamente los números, lo que un país gasta en armas, y te quedás helado”.

Este texto entrará a formar parte de la bibliografía de mi clase de Ética Periodística y de la Comunicación, en la Universidad de Manizales, pues trae un interesante aparte dedicado a los valores y a cómo estos deben solidificarse para poder escoger mejor nuestras decisiones, siempre con la invitación de hacerlo pensando en el otro.

El texto homenajea a los cuidadores, del servicio médico y de las personas mayores, pues son personas que se dedicaron a servir a otros y en esta pandemia eso marcó diferencia. También a las mujeres, el papa declara que estas hicieron y hacen la diferencia, como lo demuestran países gobernados por ellas. Un valioso testimonio del líder de una institución históricamente machista.

De nuevo sale a escena el papa que reclama de los ricos y de las potencias mundiales mayor solidaridad con los otros, para que se decidan de una vez a entregarse a los demás y dejar la acumulación, a cambiar esta sociedad de apariencias y gastos superfluos. Llama la atención de los gobernantes y políticos que han naturalizado la mentira y condena esta práctica, por eso invita a la sinceridad pública y al diálogo.

Me encantó conocer en sus palabras el verdadero significado de sínodo, que no es otra cosa que lograr cambios juntos, a través del diálogo y de las diferencias, una mirada bastante ecuménica como la suya entiende claramente lo que esto significa, la necesidad de construir puentes entre los distintos, en lugar de romperlos.

Un texto que invita a la reflexión y que sirve para seguir consolidando al papa latinoamericano no solo como un líder espiritual, sino como un pensador capaz de interpretar los fenómenos de los tiempos, seguro sus lecciones le pervivirán. Léanlo para que #HablemosDeLibros

En frases

Tenemos que rediseñar la economía para que ofrezca a todas las personas una vida digna, a la vez que proteja y regenere la naturaleza.

Erosionar la familia es debilitar lentamente los vínculos de pertenencia de los que todos dependemos.

Las amas de casa hablan tres idiomas a la vez: el de la mente, el del corazón y el de las manos.

El reto principal no es evitar la polarización, sino abordar el conflicto y los desacuerdos con el fin de no caer en la polarización.

La migración no es una amenaza para el cristianismo, salvo en la imaginación de aquellos que se benefician pretendiéndolo.

Priorizar el acceso al trabajo debe convertirse en meta central de las políticas públicas de una nación.