Dos policías caídos en desgracia tienen su oportunidad para recuperar el prestigio perdido, pero para hacerlo deberán lidiar con nuevas compañeras de trabajo, desconfiadas, que no se encuentran a gusto en este momento con lo que hacen, pero con aptitudes muy por encima de la media para armar los rompecabezas criminales.

Uno es de Dinamarca, Mark, a donde regresa mientras se resuelve su situación en Europol en La Haya, entidad a la que le presta sus servicios desde hace cinco años. Su falta de respeto por la autoridad lo complica, y espera superar pronto la situación para volver, pero cuando es asignado al departamento de Policía de Copenhague, termina en medio de una investigación trascendental.

El otro detective, Jon, es un vasco que se ve sometido a un escándalo por un video en el que aparece tratando de cargar con droga el vehículo de un proxeneta maltratador de prostitutas. Un desconocido le hace una propuesta que podría ponerlo en una mejor condición, claro, como siempre, antes de que todo se complique.

El caso Hartung es la novela del danés Soren Sveistrup y Reina Roja, del español Juan Gómez-Jurado. Las dos tienen ritmos diferentes, pero igual nos llevan por los vericuetos de la deducción para establecer un móvil y un sospechoso. En ambas, los protagonistas cometen errores que cuestan vidas y se topan con las desconfianzas de sus colegas, que dudan de que los protagonistas hagan su mejor trabajo.

Para mi gusto, sobreescrita la danesa, más vertiginosa la española. En las dos los autores nos llevan por el misterio de asesinos psicópatas, excepcionalmente cuidadosos, hasta el final. Ambas nos dejan la sensación de que estas parejas de investigadores nos traerán nuevas historias.

Las protagonistas son madres. Naia Thulin es una joven estrella de la Policía, que busca pronto ser promovida a una unidad en donde sucedan cosas. Para lograrlo, un reto se le atraviesa, resolver los crímenes que se cometen contra mujeres, que son amputadas y cuyo único común denominador es un hombre de semillas castañas -vieja tradición danesa en Halloween- que dejan en el lugar de los crímenes. A pesar de dudar de su nuevo compañero, al que debe guiar como niñera, se verá obligada a trabajar con él. ¿Y a confiar?

Antonia Scott es la pieza principal del proyecto Reina Roja, una mujer con capacidades excepcionales que han sido potenciadas gracias a la biomedicina, pero también su destacado coeficiente intelectual, su habilidad para ver lo que otros no, la ponen en aprietos, pues socializar no es lo suyo ni tomar decisiones asertivas. Una digna sucesora de Sherlock Holmes en el excelso arte de la deducción. Falta ver si logra confiar en Jon para descubrir quién y por qué anda secuestrando a hijos de multimillonarios a cambio de que cedan a pedidos imposibles de cumplir, y no se trata de dinero.

Dos nuevas parejas que prometen más historias detectivescas en Europa, porque a pesar de su buen trabajo, siempre quedan nudos por desatar. Léanlas y #HablemosDeLibros.

El caso Hartung en frases

* El que tiene conocimiento acerca de algo está obligado a compartirlo con el otro.

* Sabe que su invisibilidad puede confundirse con debilidad.

* Puede ver los buitres de la libertad de expresión equipados con sus teléfonos móviles, cámaras y micrófonos esperándole en la sala.

* Una huella dactilar puede ser una casualidad. Dos, imposible.

* La liliputiense sociedad de Copenhague era limitada y claustrofóbica.

Reina Roja en frases

* Es cuestión de tiempo que las hienas de Twitter encuentren otro cadáver que roer hasta dejar los huesos mondos y blancos.

* Por supuesto, donde hay amor hay ingentes, interminables, cantidades de sufrimiento.

* Hubo un tiempo en el que ser periodista significaba algo.

* La alegría insana que produce siempre clavar clavos en ataúd ajeno. Derivada de la inconveniencia de clavarlos en el propio.

* El mundo está manejado por los mediocres, los egoístas y los idiotas. Muy especialmente estos últimos.