El escritor argentino Guillermo Martínez ganó este año el premio Nadal con su novela Los crímenes de Alicia, la misma de la que vino a hablar a la Feria del Libro de Manizales y que, como anuncia su nombre, tiene de telón de fondo la Alicia en el país de las maravillas, o al menos la inspiración de esta obra de Lewis Carroll.

A Steve Cavanagh, autor de 13, sus promotores lo exaltan con el argumento de que es el sucesor de John Grisham, porque usa los estrados judiciales y los sucesos alrededor de estos como el escenario para adelantar una historia en la que, advierte desde la tapa, "el asesino no está en el banquillo de los acusados, está entre el jurado".

Se trata de dos historias muy diferentes, pero que al final coinciden en la necesidad que tienen sus protagonistas de dilucidar el misterio. Mientras Martínez regresa al escenario del intelecto inglés, Oxford, para ver cómo sus personajes se ven involucrados en una serie de eventos que van dejando muerte a su paso, Cavanagh se la juega por defender a una estrella de Hollywood acusada de asesinar a su esposa y a su guardia de seguridad, de no falta quien diga que era el amante.

En uno como en otro, los autores juegan con los lectores y van poniendo en el camino algunas pistas y, por supuesto, trampas. Así quienes avanzan en la obra van descartando opciones o van sumando sospechosos al juego, y al final se enterarán si estuvieron cerca, si acertaron o si como detectives es mejor que sigan como buenos lectores.

En los crímenes de Alicia, una sociedad encargada de estudiar la obra de Carroll está a punto de firmar con una importante editorial para publicar los diarios de aquel autor, que también fue matemático, pero aparece un documento perdido y todo se pone en riesgo, hasta la vida de sus integrantes. En la investigación se va descubriendo que la afinidad de algunos de este círculo no es solo por la matemática y la brillantez narrativa de Carroll, sino también que comparten otros gustos, de los que siempre ha habido un manto sobre el inglés.

En 13, Eddie Flynn es un abogado que antes había sido un experto timador. Ahora esa experiencia le sirve para demostrar los timos que arma la Policía para cobrar venganza con algunas personas y esto le ha granjeado alguna fama, pero también muchos problemas. Ahora lo busca un importante bufete para que ayude en la defensa del supuesto actor asesino, pero va a quedarse solo en su idea y tendrá que enfrentarse a la Policía, a la prensa y a un asesino en serie, que tiene un sello, un billete de dólar en sus víctimas. El problema es que el abogado ya sabe en dónde está el asesino, pero no quién es. Deberá descubrirlo antes de que corra más sangre.

Si a ustedes les gustan los misterios, no se van a arrepentir de leer estos dos libros narrados de maneras muy diferentes, pero que saben salir adelante en soltar las migas de pan para hallar el paradero del asesino.

13 en frases

* Jugar así con el cadáver es algo muy frío. Está mandando un mensaje.

* Lo único importante aquella noche era que Jenny era guapa y estaba con él.

* Sabía que un jurado indignado daba veredictos de culpabilidad en nueve de cada diez casos.

* Aquellos periodistas no se habían inmutado cuando Pryor puso en la pantalla las fotos del cadáver (…). Pero sacan a la luz que un famoso lleva un estilo de vida distinto al heterosexual, y se vuelven locos.

Los crímenes de Alicia en frases

* Los editores estamos acostumbrados a guardar secretos.

* Fíjese que matar al mensajero es un acto tan cruel como estúpido cuando la noticia ha llegado.

* La ley humana no es la de "o bien esto o bien lo contrario", sino la de los opuestos a la vez, dentro de la misma persona.

* La falacia del fiscal: si una persona es culpable, es lógico que todas las pruebas apunten a ella; pero que todas las pruebas apunten a una persona, no quiere decir, ipso facto, que sea culpable.