No es gratuita la fama de Jonathan Frazen. El autor estadounidense ha sabido explorar el alma de su país. Libertad es su novela más afamada.
En esta oportunidad llega con Encrucijadas, una historia en apariencia simple, una familia que empieza a irse por el desbarrancadero. Los padres y los cuatro hijos se encuentran todos en momentos que los confrontan con la realidad, cada uno tiene su propia encrucijada y deberá asumirla, menos el menor, Judson, que parece poder escapar a la tormenta.
El padre, Russ, un reverendo cuarentón, después de mantenerse como segundón en una iglesia encuentra en una feligresa una oportunidad para regodearse en su crisis de fe, en la necesidad de ser valorado y en la demostración de que necesita una nueva vida con alguien que lo valore, que lo haga sentir lo que su esposa ya no. Fue el creador de Encrucijada, movimiento juvenil en el que fue humillado por votación. Su colaborador, a quien le abrió la puerta, se quedó con el grupo y se fracturó la relación.
La madre, Marion, una mujer un poco mayor que su esposo, ha caído en los excesos alimenticios como manera de ceder a su ansiedad, a sus monstruos interiores, a los que conoció en su primera juventud, y que la llevaron por caminos muy difíciles. Va a terapia. Son los años 70, las enfermedades mentales son vistas con prevención. Ella recuerda sus tiempos idos, su padre suicidado, su madre que prácticamente la abandonó, su hermana que siempre fue la favorita de la familia. Y se critica -o lamenta- haber cedido a las tentaciones.
El mayor de los cuatro hijos es Sem, universitario que ha sido el protector de su hermana, Becky, la segunda de la familia, una estrella que brilla con luz propia y se encuentra entre lo que muchos consideran popular. Él no sabe si debe estar en la universidad o ir a Vietnam, una mujer le ha dado todo, pero él no se siente merecedor de tanto amor.
Becky es adolescente, se siente alejada de su hermano, Perry, quien tiene una inteligencia utilitaria superior y cae en las drogas, en lo que parece arrastrar a su familia a la desgracia, pero todo puede cambiar.
La mamá sospecha que Perry carga con los demonios que ella conoció. Esperó paciente y amorosamente su caída, como si fuera una sentencia que tenía que cumplirse.
Franzen de forma magistral, escribiendo de una familia nos va mostrando los grandes debates que se armaban en los Estados Unidos en la era Nixon y que fueron pie para un cambio mayor como sociedad. Es lo que logran los grandes autores. Hacen de historias que parecen simples grandes novelas. Léanla y #hablemosDeLibros.
Subrayados
* Quedarse en casa leyendo un buen libro mientras la gente se pregunta dónde estás puede llevarte más lejos que ir de fiesta en fiesta.
* Si una acción era moralmente correcta, un hombre fuerte estaba obligado a llevara a cabo en ese momento.
* Las decisiones son simples para quien no teme las consecuencias.
* Era extraño que la autocompasión no estuviese en la lista de los pecados capitales; ninguno era más terrible.
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