Fanny Bernal * fannybernalorozco@hotmail.com
La vida como la conocíamos antes, cambió, y los seres humanos hemos tenido que incorporar otros hábitos, en los cuales, el cuidado propio y el de los demás ha cobrado gran importancia. Al hacerlo se han conjugado en presente muchos verbos al lado de varios valores como la responsabilidad, el respeto, la solidaridad y la generosidad.
Estos nuevos cambios han traído, además, la exacerbación de emociones y sentimientos; así como el aumento de incertidumbre, estrés y ansiedad. Aprender a lidiar con ellos no es nada fácil, en tanto, algunas personas viven agobiadas por diferentes presiones y responsabilidades. A esto se suma el miedo al contagio e innumerables pérdidas que han aflorado con la pandemia.
Una joven comentó: "He salido muy poco desde el mes de marzo, mantengo un miedo constante y esto me ha impedido dormir bien. He buscado ayuda, pero no me ha servido de nada. Soy indisciplinada y creo que lo que siento ha ido aumentando. He tenido pesadillas horribles".
Vivir con miedo, causa ansiedad, la cual cuando va en aumento, entra a formar parte de un círculo vicioso angustiante e impide encontrar una solución para mitigar las sensaciones, tanto en lo físico como en lo emocional.
Sentir fuertes palpitaciones en el corazón, la respiración entrecortada, deseos de salir corriendo, la sensación de que algo horrible va a ocurrir, el miedo a enfermarse, a la muerte, a que si alguien muere no haya despedidas, sumado a ideas irracionales, preocupaciones por soledad, zozobra, desasosiego, etc, son amenazas a la salud mental y emocional.
El doctor Albert Ellis en su libro Cómo controlar la ansiedad antes de que le controle a usted afirma: "La ansiedad sana preserva la vida, aunque a menudo es malsana, es decir, destructiva y perjudicial para las propias necesidades básicas. Cuando la ansiedad es sana, hay autocuidado y autoprotección, cuando no lo es, se torna en perjudicial y hace daño".
Hay algunas maneras de ayudarse: Estar alerta ante los cambios emocionales y físicos y a la aparición de pensamientos irracionales y tóxicos, al miedo descontrolado y sin un claro origen. Esto significa observarse con respeto con actitud de ayuda.
Es importante entrenarse en empatía y asertividad, en aprender a realizar con disciplina ejercicios de respiración, en hacer actividades para relajarse como leer, ir al cine, tejer, pintar, escribir y, de manera especial, cultivar una red de apoyo, que ayude a retroalimentar los cambios de manera positiva.
* Psicóloga - Docente Universidad de Manizales.
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