Fanny Bernal * fannybernalorozco@hotmail.com
Que sí. Hay familias dónde son amados, cuidados y protegidos, pero -mientras esto sucede- en muchos otros hogares, el maltrato, el abuso sexual, la violencia, la explotación laboral, la indiferencia, la ausencia de amor y de cuidados, son evidentes y dramáticos.
En lo que va corrido de la pandemia, se ha hecho evidente la afectación mental y emocional de los niños por el cierre de escuelas y colegios, por estar confinados y además expuestos a múltiples formas de maltrato intrafamiliar.
Sabemos de niños que no se sienten a gusto con la educación virtual, otros en cuyas regiones no tienen acceso a ninguna plataforma, algunos no tienen qué comer por el desempleo de su padres y también supimos de aquellos a quienes les completaron su dieta con carne de caballo. Además se hizo evidente que muchos no reciben alimentación, porque los aportes para ello -por arte de magia- se han esfumado.
Así mismo, muchos menores no tienen atención en salud, les faltan vacunas, jamás han ido a un odontólogo y no tienen forma de cuidar su salud mental. Es decir, carecen de lo más elemental para protegerse de la pandemia.
Los medios de comunicación nos cuentan acerca del incremento de niños que han sido abusados sexualmente por sus familiares y amigos más cercanos, por meses y años; o que son usados como mercancía por adultos que, aprovechándose de su ingenuidad, acceden a fotos y realizan películas pornográficas para ser comercializadas.
Hay menores abandonados por sus padres o cuidadores; otros son sólo consecuencia de proveedores genéticos, que no piensan en la secuela emocional que deja la orfandad. Además hay hijos que nunca fueron deseados y que son vistos como una carga; otros son explotados laboralmente, porque si no trabajan, no comen, así es que hay muchos en condición de desnutrición.
Igualmente, vemos a diario niños desplazados por la guerra o que son obligados a participar de ella. Menores asesinados, desaparecidos o adictos a diferentes consumos, incluido el internet y las redes sociales. Niños a quienes se les engaña con la comida (comida chatarra) como lo viene denunciando Red Papaz.
En fin, menores que tienen afectada su salud emocional por estrés, ansiedad, trastornos de sueño, pesadillas, miedo, dolor, irritabilidad, poca motivación, bajo rendimiento académico, incertidumbre, soledad, entre otros tantos síntomas agudizados por la pandemia. Entonces, ¿son los niños importantes en este país?
* Psicóloga - Docente Universidad de Manizales.
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