Fanny Bernal * fannybernalorozco@hotmail.com

Para algunas personas, la confianza es uno de los valores más importantes en cualquier relación, llámese familiar, de pareja, amistad o laboral. Cuando esta, por algún motivo se quiebra, surgen diversas emociones que no solo quitan la paz, sino que generan sensación de inestabilidad, fragilidad, desasosiego e inclusive dolor.

De manera particular, hay parejas que comienzan el final de la relación a partir de amenazas, que involucran el manejo de la intimidad. Así que no es raro encontrar personas que buscan asesoría profesional para saber qué hacer cuando se dan cuenta de que actos que formaban parte de los encuentros íntimos de pareja y fueron filmados, pueden llegar a ser conocidos por familiares, amigos u otras personas.

Una joven de 20 años hizo esta revelación: “Él me pidió varias veces que hiciera ciertas cosas, cuando teníamos relaciones íntimas, que así era como yo le debía demostrar cuanto lo quería. Se volvió muy obsesivo con esto y, cuando yo le quise terminar, me amenazó con mostrárselas a mi familia, a pesar de que me había prometido que las iba a borrar. Se ha burlado de mi confianza”.

Quizás ustedes han escuchado historias como estas en las cuales, se transgrede la confianza, el respeto y la responsabilidad que se tiene con la pareja. Continuar una relación con alguien por miedo, por amenazas, por chantaje, socaba la salud mental y emocional de cualquier persona y pone en peligro su integridad.

Todo lo anterior, nos muestra que en la cotidianidad, hay de muchas personas que por evitar conflictos y discusiones con sus parejas e incluso por miedo, aparentan estar viviendo una relación satisfactoria, guardan silencio y no se sienten con el coraje para expresar las diferentes emociones que les están perturbando.

Un hombre, de 45 años, cuenta que tuvo un enredo con una compañera en el sitio de trabajo. Dice que pensó que era algo de tragos y de fiestas. Hubo fotos, videos y conversaciones que la compañera grabó -afirma- que sin su consentimiento-. Cuando el enredo terminó, ella decidió enviarle todo este material a la esposa.

La palabra enredo, con la que se denominan algunas relaciones, se ajusta a lo que se vive cuando suceden hechos como estos. Por ello, es mejor pensarlo dos veces antes de ser partícipes de estas conductas. Si bien se perciben muy sugestivas, terminan afectando la autoestima, la confianza y la salud mental y emocional de los involucrados; además de la de sus familias.

* Psicóloga - Docente Universidad de Manizales

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