Fanny Bernal O. * fannybernalrozco@hotmail.com
Para que las empresas sean más humanas, se requiere que cada uno de sus integrantes, sin importar el rango, este convencido de asumir el papel que le corresponde con responsabilidad y compromiso, lo cual se traduce en motivación, sentido de pertenencia, cuidado, confianza y creatividad entre otros.
En las entidades donde se cumplen estos empeños y acuerdos, sus empleados se sienten orgullosas con lo que hacen, no pierden el tiempo en sembrar cizaña ni en crear malos ambientes, por el contrario dirigen sus objetivos hacia metas sensibles y creativas.
Por ello, no basta la responsabilidad ni el compromiso con las tareas laborales, se requiere además una inmensa dosis de respeto consigo mismo y con las personas del entorno, además de empatía y asertividad, para mantener un clima relacional y amable que provoque diálogos constructivos para el bien común, de la entidad y de la comunidad que se beneficia de los servicios que prestan.
Lo anterior significa, que los seres humanos merecen toda la importancia y consideración y para lograrlo hay que invertir tiempo en las conversaciones emocionales, en procura de que la dignidad y el respeto, formen parte de las agendas del día a día, alcanzando con ello, más competitividad.
Son los seres humanos los que hacen los cambios, los que se equivocan y también los que aprenden, por ello los trabajos fríos, indiferentes, irrespetuosos, alejados de la sensibilidad y de las emociones sanas, no dejan huellas gratas en la memoria de ningún corazón.
Aprender a escuchar es de sabios, tejer ideas y transformarlas es de artistas, tener un propósito y trabajar por él, es de personas apasionadas; una entidad más humana requiere sabiduría, creatividad y pasión, además de apertura a nuevos conocimientos que impliquen crecimiento, transformación, calidad humana y avance en todos los sentidos.
Por supuesto que no puede humanizarse una entidad, sin tener claros los derechos y deberes, así como los valores y la ética, ejes fundamentales de las acciones cotidianas, que son esenciales para construir lealtad, confianza, justicia, generosidad, trato cordial, dialogo y cuidado, hilos que hacen parte del entramado de las organizaciones que le apuestan a crecer de adentro hacia afuera, en su labor humanizadora.
Tareas para andar por este camino:
- Fortalecer la empatía, y para ello hacer el ejercicio de ponerse en el lugar de los otros, y no a la defensiva.
- Escuchar con el corazón y obrar desde la bondad, y no desde la rabia o la venganza.
- Ser justos y ecuánimes en las decisiones, para lo cual, es necesario hablar con la verdad.
- Favorecer las relaciones respetuosas y amables.
- Hacer a un lado la envidia y el chisme.
- Gestionar de manera oportuna y respetuosa los conflictos, regulando las emociones perturbadoras y tóxicas.
- Incentivar la asertividad como recurso eficaz para mantener relaciones respetuosas.
- Invertir tiempo en fortalecer los valores, las virtudes y los principios morales, estos enaltecen a todas las personas con las que se comparten los objetivos laborales, y generan sentimientos de bienestar y satisfacción, pilares esenciales en los objetivos de humanización.
Psicóloga
Profesora titular Universidad de Manizales
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