Fanny Bernal * fannybernalorozco@hotmail.com
Educarse y educar en el honor y la vergüenza es una necesidad. Se aprende desde la casa, con el ejemplo, mediante actos educativos que inviten a la reflexión, a darse cuenta de que no se puede andar por ahí manteniendo conductas que hacen daño y sin que pase nada y sin restársele importancia a la burla o al dolor de otras personas.
En todos los escenarios académicos (kínder, primaria, bachillerato, universidad), debe hacer parte de la formación. No puede ser solamente si queda tiempo o si hay un espacio en una clase. Los seres humanos deberíamos tener claro que tanto el honor como la vergüenza, se requieren para vivir y compartir con los demás.
En la cotidianidad del día a día se siente pena ajena ante la proliferación del irrespeto, burlas, mentiras, insultos, humillaciones, desprecio por la vida, lambonería (sociedad del mutuo elogio), pobres principios éticos, ausencia de escrúpulos, actos de mala fe, engaños, hipocresía, trampas, artimañas, encubrimiento, tergiversaciones, burlas, sobornos y torcidos.
Todos estos actos, cometidos por personas que se aprovechan de sus cargos, lo que hacen -más temprano de lo esperado- es perder el contacto con la realidad, enajenarse y vender su conciencia al mejor postor. Todo esto en vez de enaltecer sus acciones y su trabajo con responsabilidad, honradez y ética.
Encontramos en el Pequeño Larousse Ilustrado el significado de algunas palabras:
- Honor: Sentimiento de nuestra dignidad moral. Virtud, probidad, buena reputación.
- Vergüenza: Turbación de ánimo causada por el miedo a la deshonra, al ridículo.
- Dignidad: Respeto de sí mismo, nobleza en los modales, funciones elevadas, cargo o título inminente.
Leer estos significados puede provocar algunas preguntas:
- ¿Qué se entiende por dignidad moral?
- ¿Es trascendental para la vida practicar las virtudes?
- ¿Es importante tener una buena reputación?
- ¿Le hace falta a esta sociedad sentir miedo ante una equivocación?
- ¿Alguien conoce qué significa la palabra deshonra?
- Y el respeto de sí mismo ¿en qué consiste?
- ¿Es necesario respetar a otras personas?
- ¿Para qué sirve el respeto?
- ¿Vale la pena ofrecer disculpas cuando nos hemos equivocado?
Tantas preguntas y pocas respuestas. No siempre las personas en altos cargos tienen nobleza en los modales y parece, además, que no fueron educados en el honor ni en la vergüenza. Un día dicen una cosa y al otro día cambian de opinión. Y cuando se equivocan, no asumen responsabilidades y siguen en lo mismo sin asomo de arrepentimiento.
Es posible que muchas de las situaciones que se viven a diario en esta sociedad tengan origen en la falta de honor y de vergüenza. Basta con ver y oír los noticieros o leer los diarios para contemplar, con asombro, la falta de principios de tantas personas con cargos importantes y de poder.
No podemos hacer que se vuelva natural confiar en los cínicos, en aquellos a quienes les gustan los atajos y el dinero fácil; esos que no sienten vergüenza y carecen de honor y ética para enfrentar sus actos y responder por ellos.
Es necesario insistir en la enseñanza de los valores y de la ética. Una sociedad que no siente rechazo por la ausencia de honor y de vergüenza, de alguna manera, está siendo complaciente y se vuelve cómplice con la inmoralidad y la corrupción.
* Psicóloga - Docente Universidad de Manizales.
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