Esteban Jaramillo
LA PATRIA | Bogotá
Nerviosos y agitados, hinchas, técnicos y futbolistas por la campaña del Once Caldas. Con barullo de opiniones se expresan por los momentos sin triunfo y las serias grietas hacia el futuro.
Falla el piloto, el copiloto, los auxiliares de vuelo y, los pasajeros de este viaje, entre tormentas, no encuentran sosiego. Las discordias son frecuentes, al punto de que Pacho Maturana, de manera inusual, en discrepancia con sus respetuosos modales, pierde las formas, molesto o acongojado por las preguntas de inquietos periodistas en comparecencias ante los medios.
No es solo una herida grande la del Once, por los resultados. Es la suma de heridas menores que van del nerviosismo, al malestar con el trabajo,la incapacidad, las recriminaciones mutuas y la intolerancia de vestuario.
La situación tiene pensando a los dirigentes. Pacho es un técnico esponja que absorbe todas las criticas y suaviza el malestar del público, con propietarios y administradores. Es el epicentro del elogio o las recriminaciones.
El conoce muy bien que las razones para ello radican en su predicado, su historia, su nombre y sus triunfos del pasado. Pero su presente arroja dudas porque en la exploración de soluciones, parece perder la cabeza cuando ve que en el interior del equipo se debilita su liderazgo y en el exterior aparecen las desconfianzas.
Registra algunos choques con los jugadores, como el caso de Pinti Álvarez, en el anterior partido, cuando este fue sustituido. Michel Ortega, así se oculte la verdad, ya no es del club. Se marchó molesto, como están algunos de sus compañeros, porque las sobrecargas de entrenamiento no le permitieron cumplir la fase necesaria de recuperación tras el escandaloso bajón en rendimiento, por sus lesiones. Difícil de manejar ha sido el caso de Johan Arango con quien también ha tenido, el técnico, contrariedades.
A tres fechas de la conclusión del torneo, con el año perdido, la sensatez y la concordia deben reinar. Sobre todo en la urgente evaluación de nómina para redefinir el equipo que permita al técnico llenar vacíos y experimentar otros caminos, incluida la renovación de quienes aprobaron por rendimiento.
Debe, Pacho Maturana, reencauzar su ciclo, aceptando con humildad que él también falló. Que no está bien rodeado, que en su entorno hay crujidos que rompen la armonía del grupo y que perder la compostura en público no es un buen mensaje.
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