Esteban Jaramillo
@estejaramillo
En el fútbol no hay disciplina de pandemia. La solución, vacunar a todos los futbolistas de alta competencia, como urgente proceso curativo. Ya lo anunció la Conmebol. No hay otro remedio.
De fiesta en fiesta los futbolistas burlan las normas, como pecado menor, ante la tolerancia de los dirigentes.
Día a día aumenta la lista de los infectados, con efectos perjudiciales para la competencia. Se juega con desventaja. Varios han sido los reincidentes, al enfermarse, sin darle importancia a las consecuencias.
El dilema es parar la pelota o luchar por ella, en un mundo enfermo.
Arden las oficinas de los dirigentes con el problema fuera de control.
Los clubes afectados, disminuidos, aducen inequidad en la competencia, deslealtad y preferencias. Los beneficiados, se apoyan en el respeto a las normas.
El oso mayor, con vergüenza mundial, se registró el fin de semana, con un equipo en inferioridad numérica, forzado a competir para cumplir las órdenes de Win, el poder a la sombra.
Crudo panorama en el que el Once y el Pereira han tenido participación activa en el reciente pasado, porque ya jugaron partidos con futbolistas infectados, dejando de lado las normas establecidas.
P.D.: Responsable de la campaña del Once Caldas es Lara, porque aceptó un equipo diezmado por la dirigencia, sin alma para competir. Pero un margen de confianza debe dársele, para confeccionar una nómina a su gusto, que responda a los nuevos retos.
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