Esteban Jaramillo

@estejaramillo

Tanto David Lemos, como Ménder García, dejan se ser eternas promesas para convertirse en optimistas realidades.

Las previsiones sobre sus cualidades, en duda por los caprichos del anterior técnico, se disipan día a día en este proceso. Fundamentales han sido la continuidad y la confianza depositada en ellos, para la paulatina evolución del equipo.

Son goles magistrales los que han conseguido, como atacantes recursivos y ambiciosos, aunque mucho tienen que aprender en el manejo de ángulos de remate.

Ambos, como Carreazo y Estacio, en consolidación y aprendizaje desde la experiencia que da cada partido, porque el fuerte de Lara, el entrenador, no es la funcionalidad ofensiva.

García se ve, algunas veces, más jugador que Lemos. Este, Lemos, es el típico goleador perfilado ante la portería. Aunque Ménder, en partido reciente, obsequió a los hinchas una anotación antológica, para portadas de revistas y hemerotecas.

Con el recelo de que si rápido evolucionan, menos probabilidad habrá de disfrutarlos. El objetivo del Club es transferirlos. El fútbol fiesta, relevado por el fútbol negocio de los dueños.

En resumen fue reconfortante el duelo ante Envigado porque se dominó sin sustos.

Antonio Romero: Bravo delantero; con mucho potrero. Peleador de estrato bajo. Adaptado a las funciones ofensivas, por los extremos, por el medio y metros atrás del centro atacante.

Muy Bueno, dicen quienes lo conocen, entre ellos Dudamel que lo condujo en sus diferentes etapas en la selección Venezuela. Se perdió el Mundial Juvenil, siendo titular, por una expulsión en el cierre del Suramericano.

Sabe con el balón; aguerrido sin el. No intimida con su físico, pero tiene carácter. A veces caprichoso o rebelde sin causa. Casado con psicóloga, ha encontrado en los últimos años la estabilidad emocional que buscaba. Se ve una solución... una esperanza. Ver para creer. Así es el fútbol.