El domingo se conmemoró el Día internacional del Trabajo, pero no fue un primero de mayo cualquiera, fue el día en que en Manizales dejamos de usar el tapabocas, accesorio que nos acompañó por más de dos años, y que en algunas circunstancias estorbaba más que en otras. Así vamos volviendo a la normalidad, pero también a una nueva vida laboral.
 A la pandemia hay que agradecerle la flexibilización de los modelos laborales a distancia, al punto que el 9 de abril pasado, el Ministerio del Trabajo reglamentó el trabajo remoto, mediante el decreto 555 de 2022 (https://cutt.ly/rGBUPDp).
 Vale la pena empezar por identificar las diferentes modalidades de trabajo a distancia:
    Teletrabajo, regulado desde el 2008 por la ley 1221. No se requiere presencia física del trabajador en el sitio de trabajo, pues se cuenta con mediación de las tecnologías de información y comunicaciones (TIC). Puede haber alternancia, y requiere adaptación del reglamento de trabajo de la empresa. Entre las partes concilian el suministro de los elementos de trabajo y la conectividad, siendo el empleador el responsable de su calidad. Existen tres modalidades: autónomo, trabajo desde el domicilio; móvil: no cuenta con una base exacta y su principal elemento es el celular; y suplementario: trabaja unos días desde casa y otros presencial.
    Trabajo en casa, regulado por la ley 2088 de 2021. Es ocasional y obligatorio según se den las condiciones, tal y como ocurrió durante el confinamiento. Se mantiene el horario, el empleador implementa instrumentos de evaluación y medición de resultados. Se reemplaza el auxilio de transporte por el auxilio de conectividad. El trabajador hace uso de sus propias herramientas para trabajar.
    Trabajo remoto, regulado por la ley 2121 de 2021. El trabajo es permanente y se desarrolla exclusivamente a distancia. El empleador debe suministrar las herramientas que aplique. Los contratos deben incluir las funciones, las condiciones físicas del puesto y las políticas de seguridad informática que debe cumplir. De manera excepcional puede haber encuentros presenciales.
 Un estudio del MIT Sloan Management Review efectuado en 12 países, concluye que el 76% de los directivos confía en la eficiencia del trabajo remoto. Por su parte, el 90% de los empleados afirman mejoras en las relaciones laborales, entre otros beneficios.
De otro lado, según el estudio ‘Redefiniendo los modelos de trabajo en Latinoamérica’ de WeWork y otros, el 45% de los encuestados prefieren un modelo híbrido (3 días en casa y 2 en el trabajo) y un 82% trabajo remoto, pese a que se dificulta la consolidación de la cultura organizacional, la colaboración y la empatía entre los equipos.
Estos modelos de trabajo flexibles no han sido ajenos a algunas empresas de base tecnológica de Manizales, como: MBC, PlayVox y Newshore, quienes desde hace varios años, y no por la pandemia, los implementan. Al contrario, otras que por esta razón migraron, su operación a trabajo remoto como Zopp Agency, o SIGMA Ingeniería quien ha empezado a incorporar a su equipo local, talento remoto.
Los esquemas de trabajo a distancia, llegaron para quedarse, más que una tendencia, es una necesidad, sobre todo de las nuevas generaciones. Las empresas que aún lo consideran y les aplique, deberían asumir esta nueva normalidad laboral, que eleva los niveles de satisfacción de los colaboradores, por la flexibilidad del tiempo y el balance con la vida personal. Tener empleados físicamente en un espacio, no implica productividad.
Se ha especulado mucho respecto al futuro de Twitter, solo Elon Musk tiene claras sus intenciones, por lo pronto quienes disfrutamos de esta red aprovechémosla tal y como la hemos conocido, antes de que lleguen los cambios.