Se dice que en muchas personas aparece la falta de dinamismo, es decir se desvanece el coraje, la fuerza, el ánimo; es algo similar a lo expresado por José Asunción Silva en su “Nocturnos”, por José María Rivas Groot en su bella página “Constelaciones”, por Julio Flórez en “Mis flores negras” y el otro clásico que nos cuenta: “Hay días en que somos tan lúgubres”.
 Es verdad que hay días en los cuales no hay ánimo ni tan siquiera para poner un pie en el suelo en la mañana, no hay deseos de ver a nadie ni hablar con nadie, quisiéramos como el avestruz “esconder la cabeza” para no ver, ni oír.
 En la naturaleza sucede algo similar: con el movimiento hay desgaste y con éste hay pérdida de energía; se necesita algo para impulsar lo que se frena o desvía su recorrido; en lo rural el abono es ayuda para impulsar y mejorar la cosecha.
 Agradezcamos a Michael Faraday, muerto el 25 de agosto de 1867 a los setenta y seis años, por su gran aporte a la marcha del mundo; químico y físico británico tras varias búsquedas enunció el principio del motor eléctrico; descubrió la inducción electromagnética que le condujo a la invención del dínamo.
 Gracias a este pequeño aparato que reúne inmensa energía, grandes maquinarias pueden funcionar sin decaer en su fuerza e impulso; en la pequeña pila que compramos en la esquina y revive el radio, la linterna, el sonido tenemos una muestra de bolsillo de este inmenso invento de Faraday.
 Se ha vuelto usual el “póngase pilas” que nos dicen cuando estamos trabajando o estudiando a medias, cuando nos ven decaídos y sin ánimo ni entusiasmo.
 Es verdad: debemos poner pilas a la vida, como ya cantaba en la década del 90 el grupo Menudo; hay que tener “dínamo”, fuerza mayor, agilidad y empuje para salir adelante.
 Hay muchos medios para poner “dínamo” a la existencia y tener la vida limpia es uno de ellos, beber de fuentes correctas es otro; hay uno que dejamos de lado y está al alcance, es la oración diaria, aquella que permite se cumpla lo que anota la Escritura como “ Fuerza que llueve de lo Alto. Es dinamismo a la orden del día.