Se le dice "banquillo" a la silla que en los juzgados está destinada para el acusado de un delito y que debe estar ahí para recibir descargos, acusaciones y sentencias. Me refiero hoy al caso de la Iglesia Católica otra vez en el banquillo de los acusados y con razón ya que ha brotado como pus maloliente sucesos de pecados y escándalos de parte de miembros directivos llamados a dar buen ejemplo y vivir a cuerpo total el Evangelio.
En el encuentro mundial de Familias celebrado la semana pasada en Dublín, con nutrida asistencia y clausura papal, se habló de frente y con sinceridad sobre los casos de abusos y escándalos; temas, como prevención, manejo oportuno, sanciones ejemplares y conversión urgente hacia Jesús y su Evangelio fueron temas tratados en un clima de oración, diálogo sincero y sereno; la familia tiene un papel importante en el discurrir y la formación, denuncia y sanación.
Es innegable que el error, la debilidad, la tentación, la curiosidad y hasta la mala intención dan al traste y hacen derrumbar obras, labores, tareas; la Iglesia y cualquier institución no es ajena a estar cerca del tropiezo y caída si no está alerta y se mantiene en la línea de la responsabilidad; que hay que dar pasos precisos y poner fin a este dolor que mancha y trae heridas, es cierto.
Si es verdad que el dolor es mucho, también es cierto que en este camino de Dios la esperanza abre horizontes, que el Buen Pastor guía aún por "cañadas oscuras" como dice el salmo 22; de las grandes crisis deben brotar grandes soluciones, después de la Inquisición, de las Cruzadas, de las pompas medievales surgieron santos y santas insignes, comunidades religiosas de refrescante panorama.
Hay que pedir perdón, corregir errores, mejorar pasos y proseguir en un proceso de conversión profunda hacia la Verdad dada por Jesús de Nazareth; en el Encuentro de Familias en Dublín se han dado pasos en este sentido y han brotado sonrisas en los rostros golpeados por la tristeza de las fallas publicadas a cuatro vientos.
Me llamó la atención la opinión de Cristina López, periodista de la Cope, invitada al encuentro mundial en Dublín; afirmó que en su crisis familiar de separación ha experimentado que "es hermoso el silencio con el Señor, pero también es hermoso estar en el ruido (dificultad, vacío, grito, bulla, noticia) con Él; no olvidemos dijo, que el momento mayor de oración de la historia, el Calvario, estuvo rodeado de ruido".
Sí, hay ruido y hasta odios... Pero vale seguir el camino de la vida sin violencias y sí con perdón, amor y seguridad de que la Pascua, la vida nueva existe.
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