El entrenador del Once Caldas, Francisco Maturana, debe de tener sus espaldas llagadas, como las del Señor después de la flagelación, o como las de los ‘flagelantes’ de Popayán y otros lugares, que practican esa bárbara costumbre durante la Semana Santa. ¿Por qué? Él mismo tiene la respuesta: “Respeto a la gente, pero le cuento: me flagelo más que el hincha” (LA PATRIA, 12/9/2017). ¿Quiso decir lo que dijo? Lo dudo, porque ‘flagelarse’ es “maltratarse con azotes”, y los ‘hinchas’, como no tienen la culpa de la desidia manifiesta y mal desempeño de los futbolistas, no tienen por qué castigarse de ese modo. Tampoco figuradamente, puesto que así sería “vituperarse, censurarse con dureza”, ya que ‘los hinchas’, por la susodicha razón, no tienen motivo para hacerlo, aunque sí lo tengan los dirigentes y jugadores de nuestro equipo. Sufrir, indignarse y rabiar: éstos sí son los verbos que pueden expresar cabalmente la idea del señor Maturana.
* * *
En la Voz del Lector de LA PATRIA del 18 de septiembre se queja El Oidor de la forma como se expresan los profesionales de la radio, puntualmente, por la siguiente frase: “Trabajamos juntos en descontaminar Colombia”. Y no sólo los de la radio, le agrego, sino también los de todos los medios de comunicación, los escritores y hasta la misma Academia de la Lengua, que ya admitió esa construcción equivocada, particularmente cuando, de acuerdo con la doctrina de don Andrés Bello, es necesaria la preposición ‘a’ para determinar y personificar. Ya es corriente y castizo, según la institución mencionada, decir “visité Manizales”, “conocí Perú”, etc. La Academia debería quitar de su escudo el lema “Limpia, fija y da esplendor”. Ahora bien, los mismos que suprimen la preposición en frases como las citadas la emplean cuando no se requiere, como en las siguientes muestras: “Qué está impulsando a las exportaciones” (El Tiempo, Debes Saber, 17/9/2017). “Atacan a tienda oficial de Millonarios en El Campín” (Eje XXI, 17/9/2017). En estas dos frases, por tratarse de verbos transitivos, ‘impulsar’ y ‘atacar’, y no ser necesarias en ellas ni la determinación ni la personificación, sobra la preposición ‘a’. Aun el oído gramaticalmente bien adiestrado la rechaza, y ‘oye’ su ausencia en las que sí se requiere.
* * *
No veo la razón para escribir con mayúscula inicial los sustantivos o nombres comunes ‘ley, artículo, decreto, código’ y semejantes, precisamente, por ser ‘sustantivos comunes’. En Eje XXI, el señor Eduardo Aristizábal Peláez escribió: “Las Leyes 1171 de Diciembre 7/2017” (10/9/2017). En esta frase, definitivamente, ‘diciembre’ debe ir con minúscula. No estaba muy seguro con ‘Leyes’, pero sí después de releer esta directriz de la ‘Ortografía de la lengua española’ (2010): “Se escriben asimismo con mayúscula inicial todos los elementos significativos del título de los textos o documentos de carácter legal o jurídico (fueros, códigos, leyes, decretos, etc.). Más adelante enseña: “No obstante, cuando la descripción de la ley que constituye el título de esta es demasiado extensa, el uso de la mayúscula se limita al primer elemento”. Si entendí estas normas, solamente se escriben con mayúscula inicial esos nombres cuando pertenecen a un título de un documento legal o jurídico. De resto, no. Por esto, en la muestra citada -ahora sí con seguridad- y en las siguientes frases no se justifica la mayúscula inicial del nombre común ‘ley’: “…en la que afirma (Juan Carlos López) en Ley 550” (El Tiempo, Guillermo Santos Calderón, 11/9/2017); “Ahora en el Congreso se plantean (…) los artículos de un proyecto de Ley…” (LA PATRIA, Jorge Raad Aljure, 19/9/2017).
* * *
Los adverbios de modo terminados en ‘-mente’ se forman agregándoles a algunos adjetivos calificativos esa desinencia, verbigracia, de ‘cruel’, ‘cruelmente’; de ‘bueno’, ‘buenamente’. No se forman de sustantivos. Un columnista de El Tiempo inventó un adverbio así formado en esta oración: “…y donde uno corre el riesgo de quedar preso o arruinado económica y reputacionalmente” (Luis Guillermo Plata, 8/9/2017). Para formarlo, como no encontró otra manera, creó el adjetivo ‘reputacional’, que no existe, pues se dijo, como alguno antes que él: “Si no encuentro el camino, me abriré uno”.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015