‘Cuando’, ‘donde’ y ‘como’ son adverbios con los que se expresan circunstancias diferentes en la oración; con el primero,  de ‘tiempo’; con el segundo, de ‘lugar’, y con el tercero, de ‘modo’. En la siguiente oración, su autor emplea los dos primeros, el primero de ellos, equivocadamente: “Es allí cuando estalla la bomba social y donde las teorías de nada sirven” (LA PATRIA, Juan Álvaro Montoya, 6/5/2021). Porque la relación circunstancial se establece con el adverbio de lugar –‘allí’–, el adverbio apropiado para hacerla es el de lugar –‘donde’–, bien empleado en la segunda parte de esa oración. Ahora bien, como esta frase tiene conexión con lo anterior (la situación de trabajadores desempleados en espera de una oportunidad), habría quedado mejor construida estableciendo una relación circunstancial de tiempo, así: “Es entonces cuando estalla… y cuando las teorías de nada sirven”. Nota: el adverbio de lugar ‘donde’ se convirtió en comodín de los redactores y se encuentra ‘hasta en el caldo de los fríjoles’. En la columna del señor Pablo Jaramillo Villegas (LA PATRIA, 10/5/2021) cinco veces tropecé con él, la primera, en lugar del adverbio ‘cuando’ (“…en un año donde las personas y las empresas la están pasando difícil”); y en las otras, en vez de los respectivos pronombres relativos, por ejemplo, en ésta: “…oponiéndose a una reforma tributaria, en donde, salvo algunos desaciertos…”, frase que debió ser construida así: “…reforma tributaria, en la cual…” o “en la que…”. Estos vicios del lenguaje afean la redacción y condenan al olvido a muchas palabras y expresiones que hasta hace poco eran de uso corriente. 
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En el mismo artículo, el columnista Montoya escribió: “La situación de Chile guarda una increíble semejanza con los catastróficos eventos que se han cernido sobre nuestra patria…”. El verbo ‘cerner’ (‘cernir’) tiene muchísimos sinónimos, ninguno de ellos aplicable a hechos o acontecimientos. Después de su significados más comunes de ‘cribar, colar, filtrar’, de acuerdo con el uso, sigue el de ‘amenazar’, por ejemplo, ‘oscuros nubarrones de desdichas se ciernen sobre el país’, no importa que los diccionarios la tengan como la última de sus acepciones. En la muestra citada, su autor debió cambiar “eventos que se han cernido” por “eventos que han ocurrido”, porque esos ‘eventos’ (‘acontecimientos’) son ‘hechos ya cumplidos’, no ‘amenazantes’ ni ‘por venir’. 
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El verbo ‘cumplir’ se puede conjugar como transitivo o como intransitivo. Como transitivo, su complemento directo no exige preposición alguna, por ejemplo, ‘él cumple sus promesas’; como intransitivo, su complemento es introducido por la preposición ‘con’, verbigracia, “Que se cumpla con los protocolos”, frase que comentó el ‘Oidor’ de la siguiente manera: “Me parece que la conjunción CON sobra en estas y otras expresiones semejantes” (LA PATRIA, Voz del lector, 5/5/2021). Según lo expuesto al principio, señor, no sobra la preposición ‘con’, aunque ‘su educación’ –como dice el periodista Óscar Domínguez– le cambió su oficio por el de ‘conjunción’. Un tropezón cualquiera da en la vida, dicen por estos caminos del Señor. 
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“¿Cómo imbuir a estos hombres con la madurez suficiente para que sepan distinguir cuándo deben utilizar la fuerza y cuándo no…?”, le pregunta la periodista María Isabel Rueda al general Jorge Luis Vargas, director de la Policía Nacional (El Tiempo, entrevista, 10/5/2021). El verbo ‘imbuir’ (“comunicar a alguien ciertas ideas o sentimientos”) se construye sin preposición con su naturaleza de transitivo –con complemento directo de cosa–, verbigracia, ‘le imbuyó ideas revolucionarias’, o con la preposición ‘de’ –‘lo imbuyó de ideas revolucionarias’–, construcción en la que el complemento directo es de persona (‘lo’). Según estas nociones, María Isabel debió formular la pregunta de este modo: “¿Cómo imbuirles a estos hombres la madurez suficiente…?”, pero, porque se trata de ‘madurez’ –que no se ‘infunde’–, debió buscar otro verbo, por ejemplo, ‘dar’: “¿Cómo darles más madurez…?”, o cambiarle el giro a la pregunta.