Un José Lezama Lima inteligente, a veces cínico, desdeñoso de los viajes y dedicado en exclusiva al éxito de su revista Orígenes, aparece en la correspondencia que mantuvo entre 1945 y 1953 con el joven mecenas cubano José Rodríguez Feo. En el libro, publicado en México por la editorial Era hace tiempos bajo el nombre de Mi correspondencia con Lezama Lima, Rodríguez Feo abre las puertas de la intimidad de quien oficiaba el culto literario en su apacible casa de la calle Trocadero, ajeno a las vicisitudes de la política cubana.
El joven Lezama y el aun más joven Rodríguez Feo tuvieron la idea de fundar una de las más coherentes e importantes revistas del siglo XX en América latina "en un banco del parque Martí", en el corazón de La Habana, un día de invierno de 1943. Lejos de otras "idiotas" revistas continentales, como calificó Lezama a la colombiana Revista de Indias de Germán Arciniegas, Orígenes se convirtió en un importante faro cultural, cuando agonizaba en Buenos Aires la Revista Sur de Victoria Ocampo, Jorge Luis Borges y José Bianco. Antes Lezama había fundado tres revistas: Verbum (1937), Espuela de Plata (1939-1941) y Nadie parecía (1942-1944).
Financiada con el dinero de los ricos ingenios azucareros de la familia de Rodríguez Feo, Orígenes publicó a grandes autores vivos de América Latina y España y versiones exclusivas de autores norteamericanos y europeos. Además de la revista, ilustrada con portadas de René Portocarrero, Wilfredo Lam, Mariano Rodríguez, Joan Miró y Rufino Tamayo, Ediciones Orígenes publicó también obras de jóvenes cubanos como Eliseo Diego, Pablo Armando Fernández, Fina García Marruz, Cintio Vitier y Virgilio Piñeira. Orígenes difundió a los españoles Juan Ramón Jiménez, Vicente Alexaindre, Luis Cernuda y Jorge Guillén, la chilena Gabriela Mistral, los mexicanos Octavio Paz y Alfonso Reyes, los franceses Luis Aragón, Henri Michaux y René Char, los anglófonos T.S. Eliot, Wallace Stevens y Georges Satayana y el polaco Witold Gombrowicz.
Enfrentándose a las corrientes de la vida cultural del país, el grupo de Lezama evitó comprometerse con algún movimiento político concreto bajo los gobiernos de Ramón Grau y Carlos Prío. Lezama (1910-1976) se queja de "las terribles horas muertas de La Habana, de "la gran anarquía que se encuentra agazapada en el subsuelo cubano", y dice que empieza a sentir "la espantosa monotonía de un vivir donde mi sensibilidad no ha recibido nunca el alimento adecuado". Exclama además: "Yo engordo, engordo y solo me queda la solución del estallido de la piel que revienta", en esa isla que, según el corresponsal Rodríguez Feo, era en ese entonces "un país de cerdos y burros".
Lezama muestra su ironía al criticar amistosamente las ingenuidades de su discípulo, un estudiante millonario que recorría de ciudad en ciudad al lado este de Estados Unidos, codeándose con Wallace Stevens, Stephen Spender y T. S Eliot, en un medio de académicos y críticos de literatura. "Te ronda el espíritu de Pedro Henríquez. Toda esa tradición profesoral, acumulada y transmitida como la tinta Parker, ha sido incapaz de darnos un Melleville, simple empleadillo de aduana", le dice Lezama, al advertirle de los peligros de la Academia. Para Lezama el mexicano Alfonso Reyes adolece de una "erudición americana todavía un poco ingenua" y de "presunción de grandes tesis" y la poesía colombiana es mala porque "rumian demasiado los gerundios y los participios pasivos y la poesía se les vuelve notarial y escasa". Sobre la española generación del 98 dice que "fue una generación misógina y puritana, de profesores y solterones, o de cuarentones viudos".
Encerrado en su calurosa Habana, al lado de su madre doña Rosa Lima, Lezama Lima escribió cartas que lo muestran humano y divertido, apasionado por las palabras y entregado a su vasta obra novelística, poética y ensayística, que proyectó de él la imagen de una estatua.
Maestro del nuevo barroco latinoamericano y especie de venerado Papa de la literatura continental, el autor de La expresión americana, Paradiso y Oppiano Licario, entre muchas otras obras, abrió las puertas para la modernidad de las letras cubanas y dejó huella imborrable entre los escritores hispanoamericanos del boom y el post-boom. En 1963 Lezama conoció a Julio Cortázar y surgió entre ambos una gran amistad, de las más fructíferas de la literatura latinoamericana, ya que el argentino contribuyó a la difusión continental e internacional de la obra del cubano.
En 1966 apareció en Cuba Paradiso y se convirtió en un libro de culto, centro del neobarroco latinoamericano que produjo varios discípulos como el también cubano Severo Sarduy. Criticada por su estilo y las referencias homoeróticas, el rescate de la infancia y las pulsiones del deseo, Paradiso llevó poco a poco a Lezama Lima al ostracismo, ya que el régimen cubano prefería el realismo socialista que se imponía desde la Unión Soviética. La posición irreverente, asimétrica y escéptica en materia política del escritor asmático, obeso y fumador condujo a la prohibición por unos años de sus libros en su país natal, medida que fue levantada después. Pero gracias a la aparición de la novela en la editorial mexicana Era, en una bella, colorida y compacta edición, Paradiso pudo continuar su camino hacia la consagración continental y mundial.
Vasta obra poética, ensayo y novela conforman la obra de esta gran figura de la pléyade literaria latinoamericana del siglo XX, originario de esa isla que es un crisol de sincretismos y fue antes de la llegada de los españoles un cinturón de circulación prehispánica acuática por el Caribe, a través del archipiélago que une a lo que hoy es Florida con la actual Venezuela. Leer su correspondencia es escucharlo hablar en su mecedora de la casa habanera con el tabaco humeante y la respiración entrecortada. Volverlo a leer en este siglo XXI es descubrir la electricidad del castellano latinoamericano poblado de olores a mango, guanábana, piña y papaya esparcidos por la brisa marina antes de la tempestad.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015