“Depende, ¿De qué depende? De según como se mire, todo depende”, cantaba el recién fallecido Pau Donés.
Si nos miramos a nosotros mismos en el 2019: el 96% de los ciudadanos estaban satisfechos con Manizales como una ciudad para vivir; los hombres participaron más en el mercado laboral que las mujeres; no hubo ninguna muerte materna en la ciudad; la deserción escolar más alta fue en básica-secundaria (2,3%); el desempleo impactó más a las mujeres que a los hombres; 2 de cada 5 niños valorados tuvieron alguna condición de malnutrición; el 87% de los manizaleños estaban satisfechos con las vías de su barrio…
Si nos comparamos con nosotros mismos a través de los años: los programas de Educación Superior modalidad distancia (virtual) vienen ganando espacio en la matrícula municipal: en el 2010 era del 0,2%, en el 2018 era ya de 10,3%; la satisfacción con la gestión ambiental pasó de 28% en el 2012 al 55% en el 2019; la calificación alcanzada en 2019 en las pruebas Saber 11-Inglés fue similar a la del 2015; la tasa fecundidad adolescente de 2019 (24,2) fue menor que en 2008 (56,7); la satisfacción con la oferta recreativa de la ciudad pasó de 59% en el 2012 a un 81% en el 2019…
Si nos comparamos con otras ciudades del país en el 2019: somos la 3ª en el índice de competitividad, la 1ª con mayor índice de envejecimiento, la 3ª en el índice de ciudades modernas, la 4ª con la más baja tasa global de participación, la 2ª con mejor índice sintético de calidad del empleo, la 2ª con más baja inversión con recursos propios en educación, la tasa de trabajo infantil fue la sexta tasa más baja del país (4,7); la tasa desempleo en 2019 estuvo por encima del promedio nacional…
Si nos comparamos con un ideal, necesitamos incluir a los 2 de 10 niños que no están matriculados en el sistema escolar para tener tasa de cobertura bruta de 100% en transición; necesitamos reforzar los esfuerzos para que el 20% de la población manizaleña que salió de la línea de pobreza entre 2008 y 2018 no regrese a ella; necesitamos mejorar sustancialmente nuestras prácticas de reciclaje para pasar de 2,3% de residuos que efectivamente son aprovechados para acercarnos a estándares internacionales…
Lo que somos, hemos sido, lo que queremos ser, es consecuencia de un gran entramado colectivo, de quienes aportan, de quienes obstaculizan, de quienes cuestionan, de quienes actúan, de quienes evaden. Una ciudad es expresión de un colectivo que actúa en búsqueda de un propósito. Un cambio en la calidad de vida municipal es un compendio de esfuerzos que hacemos en nuestro día a día: la madre que acompaña, el profesor que estimula, el conductor que avanza, el gerente que propone, el medio que cuestiona, el político que debate, el niño que juega, el nocturno que deambula, el vendedor que promociona, el periodista que indaga, el investigador que busca, el vigilante que cuida…
No hay respuesta única para la pregunta de si somos el mejor vividero. Dependerá de nuestras visiones, de nuestras comparaciones, de nuestros anhelos, de nuestra conciencia, de las dimensiones que indaguemos, de los indicadores que utilicemos, de las categorías con las cuales nos leemos y nos interpretamos. Es una respuesta que cada quien debe darse y como colectivo necesitamos construir.
Pd: El 30 septiembre a partir de las 4 pm presentaremos el informe de calidad de vida de 2019: un momento para entendernos desde múltiples dimensiones.
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