Ayer en la mañana compartía con mi esposa en la inauguración de la sala de lactancia materna de la Universidad Autónoma de Manizales, espacio acondicionado para que las mujeres de la institución, sean docentes, administrativas o estudiantes, puedan mantener este momento de intimidad entre la madre y su hijo para asegurar una mejor nutrición y conexión.
Cuidar a otros es una actitud humana, es algo natural que brota en todos nosotros que busca reafirmar el vínculo que tenemos como seres humanos. En ocasiones, ese vínculo que brota natural puede verse interrumpido, puede verse tergiversado, y hasta silenciado. El acto de cuidar al otro va más allá de la conciencia de todos como seres humanos, en el mejor de los casos como seres vivos, en conversación y comunión con aquello que nos rodea. El cuidado del otro no es intermitente, es un acto que requiere de la paciencia, del amor y de la constancia para que el otro reciba el cuidado que se busca dar. Y, a su vez, quien cuida al otro también sea cuidado por sí mismo.
¿Quién cuida a otros en nuestra ciudad? Es una pregunta muy importante de responder, no sólo por la experiencia que cada uno de nosotros tenemos, sobre todo, por todos aquellos que están fuera de nuestro círculo inmediato. Necesitamos reconocernos.
Si la pregunta es por el número de hogares en nuestra ciudad en los que hay personas que requieren el cuidado de otro, al menos 1 de cada 4 hogares manifestaron que sí había en el hogar alguien que necesitara ese cuidado. ¿Quiénes son las personas que requieren el cuidado del otro? En mayor proporción son los niños y las niñas, seguida de los adultos mayores, de los adolescentes y de personas con algún tipo de discapacidad. Un dato relevante en nuestra ciudad, pese a que el voz a voz lo enunciaba de manera previa: son las mujeres quienes más tiempo dedican al cuidado del otro en el hogar: de cada 10 personas dedicadas al cuidado del otro, 8 eran mujeres, 1 era hombre y el restante lo comparten entre hombres y mujeres. Estos datos confirman parte de lo que intuíamos socialmente.
Otra información que nos arrojan las voces de los manizaleños consultados en la Encuesta de Percepción Ciudadana realizada en diciembre de 2021 fue que entre más tiempo se requiere para el cuidado del otro, son más el número de mujeres que se dedican esta labor. 1 de cada 2 mujeres dedicadas al cuidado del otro dedican más de 7 horas en esta labor.
¿Qué significa cuidar al otro? ¿Cuáles son las consecuencias sociales de tener personas en el hogar dedicadas al cuidado del otro? Aquí la pregunta también es económica, en tanto quien está al cuidado del otro en el hogar es probable que se encuentre por fuera del mercado laboral, generando con ello una mayor distancia entre el número de ocupados en nuestro territorio por género, también el sentido de productividad, de frustración (también de realización) que puede experimentar quien cuida al otro. Según los resultados de la encuesta, quienes se dedican al cuidado del otro no han encontrado mayor dificultad para conseguir trabajo remunerado, sin embargo, este dato necesita profundizarse, ¿será acaso que una de las razones por las cuales no se han encontrado dificultades es porque no se ha buscado en tanto ya se está ocupado en una labor del hogar?
Es una discusión que necesita plantearse constantemente, es una situación que requiere hacer visible nuestros roles como hombres y mujeres en el cuidado del otro. Hay aquí un llamado para que nosotros los hombres tengamos una mayor participación en el cuidado del otro en el hogar.
Hoy, en medio de la discusión sobre el acoso estudiantil en nuestra ciudad y en nuestro municipio vecino de Villamaría, el cuidado del otro trasciende la esfera del hogar para ubicarse también en la esfera social en la cual nos encontramos todos, en los escenarios educativos en los cuales el cuidado y el respeto por el otro necesitan ser valor fundamental de nuestra interacción humana.
Un dato final aportado por el DANE. Entre enero y marzo de 2022 hubo más de 167 mil personas fuera de fuerza laboral en Manizales AM: 33 mil estudiantes (20%), 41 mil personas con alguna incapacidad permanente para trabajar, rentistas, pensionados, jubilados o personas que no les llama la atención o creen que no vale la pena trabajar (24%) y 93 mil personas dedicadas a oficios del hogar (56%). Continuaremos discutiendo sobre el cuidado del otro.
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