Ayer escuchaba uno de los debates presidenciales del país. Allí los candidatos: Gustavo Petro, Sergio Fajardo y Federico Gutiérrez compartían algunas de sus posiciones sobre temas de interés para el país. El empleo, la educación, la corrupción y la seguridad fueron los temas base en esta ocasión. Cada candidato compartió su posición, en ocasiones sus propuestas y, sobre todo, la forma cómo se diferencian el uno del otro, no necesariamente en función de lo que proponen, en ocasiones sobre sus estilos, sus alianzas y sus experiencias recientes como gobernantes.
El dato sobre lo que acontece no fue recurrente, el resultado deseado a ser alcanzado no era muy claro. Aspirar a estar en la cabeza del Ejecutivo nacional implica tener conciencia de cómo estamos y, sobre todo, cómo queremos estar. Este análisis nacional necesita reconocer las dinámicas territoriales para entender cómo esa visión nacional de desarrollo da razón de las necesidades específicas y proponen alternativas que puedan beneficiar a esa mayoría que se esconde en las políticas públicas que se imaginan. El debate tiene sus reglas, tiene sus tiempos y sus alcances, dar respuesta a todo en la profundidad que se desea no es posible, por ello, enhorabuena es importante empezar a provocar esos debates que se requieren para entender aún más el talante, la visión, la experiencia y el horizonte al cual se sueña llegar como territorio.
Esta discusión nacional necesita también discusión departamental y municipal, la coyuntura lo exige: las elecciones a Congreso están próximas a realizarse. Si bien el diálogo nacional puede convocar a mayor número de ciudadanía, las discusiones regionales son fundamentales para entender aún más cómo lo que hacemos traduce o transforma aquello que condiciona nuestra calidad de vida. Escuchar lo nacional convierte en imperativo reconocer lo local, ¿cómo entender lo nacional si en simultáneo no se reconoce y comprende lo local? Escuchar a Petro, Fajardo y Gutiérrez posibilita entender lo nacional, ¿a cuántos de los candidatos de nuestro departamento escucharemos para reconocer cuál es el posible papel que podrían desempeñar si efectivamente son electos como Senadores de la República o como Representantes a la Cámara por el departamento de Caldas? Necesitamos escuchar, preguntar qué trayectorias han recorrido, cuál es el sentido de lo público y de lo político que los anima, de qué formas han votado las diferentes iniciativas de ciudad o de región en las cuales podrían haber participado. Necesitamos escuchar y preguntar para contribuir en este diálogo de actualidad política nacional, departamental y local.
La discusión frente a la coyuntura nacional convive con la discusión local. Pregúntate, ¿conoces qué argumenta, cómo debate, cómo vota y de qué forma participa el concejal/a por el cual votaste? ¿Haces lo mismo con el diputado/a que elegiste? ¿Sabes cuál es la función de ambas corporaciones? El conocimiento y la favorabilidad depende mucho de qué conocemos, de qué tanto nos involucramos también en las discusiones de ciudad que toman lugar. Hoy se discute, mientras se define quiénes serán los responsables de presidir las diferentes comisiones del Concejo municipal, asuntos tales como: catastro multipropósito, el estado actual de la reactivación, el llamado a la consulta de la posible zona metropolitana centro-sur de Caldas, la PTAR, entre otros, ¿Estamos atentos a las discusiones locales a la par que se abren más aristas de la discusión política nacional? El Concejo necesita ser habitado y visitado frecuentemente.
En diciembre de 2020, al igual que este pasado diciembre, preguntamos a la ciudadanía manizaleña si había participado o no en algún tipo de organización en la ciudad. El dato fue contundente: el 78% de los manizaleños manifestaron no haberlo hecho. ¿Qué tanto conocemos el Concejo de nuestro municipio? ¿Hemos visitado en alguna ocasión el recinto de la Asamblea departamental de Caldas? En ocasiones lo nacional cautiva por su trascendencia, pero habría que preguntarnos qué tanto reconocemos nuestros escenarios locales. La discusión pública está en todos lados, a toda hora, sin embargo, el Concejo y la Asamblea departamental son lugares idóneos en los cuales la discusión política se expresa, no sólo por la forma cómo está constituida su naturaleza y propósito de fundación, también por ser escenarios de debate y de trámite de proyectos de acuerdo o de ordenanzas que soportan, condicionan, limitan, impulsan y protegen el actuar de la Administración municipal y departamental.
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