Realicemos una pausa, disminuyamos nuestro ritmo, escuchemos lo que está sucediendo, recordemos cómo era antes, cómo fueron los últimos años. ¿Muy diferentes entre sí? ¿Fue el quiebre abrupto el 2020 para todos? La presencia de la covid-19 en nuestro territorio condicionó nuestro día a día. Las decisiones que tomamos, lo que hicimos, lo que esperamos, lo que podríamos haber realizado de otra forma. Todo lo que ha sucedido gracias a nosotros, también a pesar nuestro, construye nuestra cotidianidad y expresa cómo va nuestra calidad de vida.
Definirle es una exigencia, es un reto ante la diversidad. Lo que para uno es, no necesariamente es para el otro. Valorar la calidad de vida implica discutir ampliamente más allá de mi propia experiencia. Si bien lo que yo vivo, lo que experimento y lo que valoro es esencial para mi sentido de existencia -he aquí su vitalidad-, el estar con otros nos obliga a pensar la calidad de vida también de manera colectiva. Somos seres sociales, somos seres que nos conectamos entre todos. Germán Guarín Jurado, uno de mis profesores vitales en psicología, decía en aquel entonces: “Yo soy el otro en mí”. Una forma de reconocer que en cada uno de nosotros se expresa también la condición humana que nos hace comunes, no sólo con el cercano, también con el lejano, aquel que no está presente, aquel que hizo parte de nuestro pasado y seguramente proyectamos de nuestro futuro.
Necesitamos teoría, necesitamos voces, miradas profundas, debates abiertos, necesitamos cuestionarnos: ¿Qué sentido tiene lo que hacemos? ¿Hacía dónde nos dirigimos con lo que hacemos? ¿Estamos potenciando, estamos impulsando, estamos resignificando nuestra propia condición humana? Esto, a veces de manera no consciente, sucede día a día en nuestro territorio. Necesitamos seguir apreciando el valor que tiene el dato, el poder de la síntesis, la necesidad de representar matemáticamente nuestra realidad decía Bachelard, el sentido de la medición como conciencia del paso del tiempo. Ese dato duro, ese dato externo, ese dato potenciado a partir de la expresión de una subjetividad y de una psique colectiva. Este es el presupuesto de la pausa: detenernos para entender lo que hacemos, lo que decimos, lo que valoramos. Aún más, un debate abierto para entender también desde dónde hacemos lo que hacemos, desde dónde decimos lo que decimos, desde qué lugar valoramos lo que valoramos. Lo real puesto en conversación permanente.
El jueves 19 de agosto presentaremos los resultados del informe de calidad de vida de Manizales 2020 *, compartiremos cifras, reflexiones, retos, oportunidades para nuestro territorio. Una pausa necesaria para entender aún más lo que ha sucedido, valorar lo que hacemos y pensar nuevas formas de transformar lo que nos aqueja. Cifras, relatos, puntos de giro para una discusión más amplia. Compartiremos cómo vamos desde diversas dimensiones. Conversaremos con PhD Juan Daniel Oviedo, director nacional del DANE, una forma útil de entender nuestro presente, de comprendernos en relación con otros del territorio nacional.
Este punto de llegada se convertirá en un nuevo punto de partida. Convocaremos a representantes de la ciudadanía (sector público, sector privado, Academia, sociedad civil) para profundizar nuestra lectura de la calidad de vida y, sobre todo, para construir recomendaciones o propuestas de próximos pasos para potenciarla aún más, de una mayor comprensión de nuestra condición de humanidad. Entregaremos esta construcción colectiva de manera simbólica a la ciudad.
Este punto de llegada igualmente será el punto de partida en la construcción de informes preliminares de calidad de vida para la región centro-sur de Caldas.
* Lo transmitiremos a través de las redes sociales de Manizales Cómo Vamos, del Diario La Patria y a través de 1540 AM, Emisora Radio Cóndor.
* Desde ayer y hasta el 24 de septiembre está abierta la convocatoria Premio cívico: por una ruralidad regional mejor (2021-2022). Buscamos reconocer, contribuir en formación y premiar con un capital semilla a iniciativas sociales y comunitarias que estén trabajando por el desarrollo rural en los municipios de Chinchiná, Villamaría, Palestina, Manizales y Neira. Ejercicio posible gracias a CORPOCALDAS, Fundación Luker, Universidad Católica de Manizales, CHEC Grupo EPM, EFIGAS S.A y Manizales Cómo Vamos. Este premio en su versión inicial denominado Por una ciudad mejor, surge en el país y nuestra ciudad gracias al impulso de la Fundación Corona en Bogotá.
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