La escuela tuvo que afrontar intempestivamente muchos retos durante la pandemia. Un hecho inédito en la historia de la escuela pública fue el préstamo de equipos de cómputo y de textos escolares a los padres de familia. Debido a que los inventarios en las instituciones educativas se protegen con tanto celo, a veces ni siquiera se permite que las ayudas educativas cumplan la finalidad para la cual fueron adquiridas, pues existe el temor de que se pierdan o no se conserven en perfecto estado de funcionamiento. Impedir el propósito de estos medios educativos es un craso error que no se justifica en los temores de quienes los administran. Es más, debo manifestar que el balance de este ejercicio, en general, es muy positivo y no se creía que los padres supieran responder por los bienes confiados; no solo los han aprovechado para el beneficio escolar de sus hijos, sino que también los han regresado de manera oportuna y en buen estado. Me parece que esta experiencia es digna de ser resaltada, porque abiertamente contradice aquel refrán de la sabiduría popular tan afincado principalmente en el escenario de lo público: “Lo que nada nos cuesta, volvámoslo fiesta”.
Jesica es una niña de preescolar. Afectada en la presencialidad, tuvo que acudir al préstamo de un computador para habilitar sus condiciones de trabajo virtual en casa. Se adelantaron los trámites institucionales de rigor y el préstamo del equipo fue autorizado. Durante todo el 2021, la niña pudo beneficiarse del portátil, aun estando finalmente en presencialidad. Luego de iniciado el proceso de devolución, la mamá de la niña se presentó a la institución educativa con el aparato totalmente averiado, rayado y en pésimas condiciones. Al ser informado de la novedad, el rector citó a la acudiente y presidió una reunión de la cual participaron la profesora, el coordinador, la acudiente y la niña. La señora adujo que un día salió de casa y al regresar encontró el equipo dañado; que seguramente se les había caído a los niños. Agregó, además, que no tenía forma de responder económicamente por su reparación.
La escuela, en cabeza del rector, hizo las reflexiones pertinentes y de manera hábil e inteligente la profesora le preguntó a la niña: “Cuéntanos cómo se te cayó el computador”. La niña, inocente y espontáneamente, contestó: “No, profe, fue que mi papá lo agarró a patadas”. La señora no tuvo más alternativa que reconocer la verdad revelada por su hija. Seguidamente el coordinador le preguntó a la señora: “¿Y su esposo que explicación le dio?”. Y ella contestó: “Que era un problema mío, que al fin y al cabo era a mí a quien me lo habían prestado”.
Muchas conclusiones y comentarios podemos extraer de este pasaje del día a día de la escuela, los cuales podrían llevarnos al encuentro de bellas lecciones y reflexiones. Pero tal ejercicio lo dejo al escrutinio de cada uno de los lectores, porque estoy seguro de que en cada uno de ellos podrá florecer un mensaje diferente. Por mi parte, quiero quedarme con la limpieza, la transparencia, la inocencia y la pulcritud de Jesica. Su diáfano e impoluto mensaje tiene una variedad de matices: es la verdad absoluta y no la relativiza, aunque afecte a su propio padre; no la matiza ni la maquilla, aunque sea su propia madre quien queda encubriendo una mentira. Además, la confesión de Jesica es un gesto de confianza, de credibilidad y de apoyo a su maestra, pues supo identificar que ella era quien procedía correctamente y no sus padres, el uno por sinvergüenza y la otra por pusilánime.
Jesica me hace pensar que si fuéramos como niños y dijéramos la verdad, si fuéramos como niños y asumiéramos las consecuencias de nuestros actos, si fuéramos como niños y respetáramos los bienes públicos, si fuéramos como niños y gratificáramos con nuestros actos a quienes nos sirven, si fuéramos como niños y procediéramos con rectitud, seguramente la sociedad no estaría inundada de tanta plaga que la corroe y la hace inviable. ¡Qué gran ejemplo y qué magna lección nos deja ella! Gracias, Jesica, con solo cinco añitos ya has escrito páginas memorables en la enciclopedia de la vida.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015