"Si alguien me dijera 'le explico cómo funciona la conciencia pero luego lo mato', yo le diría 'perfecto'”, eso dice el neurocientífico colombiano Rodolfo Llinás acerca de una de las inquietudes que más retan al intelecto del ser humano, esa pregunta acerca de nosotros mismos, ¿de dónde viene la realidad?, ¿por qué un desamor se siente de una manera particular, única, al igual que un beso o cómo unas señales eléctricas generan el sabor al vino?, de eso se trata La pregunta difícil, de editorial Aguilar, del dos veces ganador del Premio Simón Bolívar y editor de la sección Vivir de El Espectador, Pablo Correa.
Es un libro que narra la interesante vida del octogenario científico, la relación con su abuelo, el psiquiatra Pablo Llinás y cómo le enseñó a preguntar por lo que pasa a su alrededor y cómo ese hecho estrechó su relación con Gabriel García Márquez; de sus aventuras a mediados de 1940 en un barco entre Barranquilla y Bogotá, el papel que jugó en su vida la política, el Bogotazo y su familia (con tío con relaciones en el Tercer Reich incluido). También habla de la ciencia que ha habido alrededor de lo que hoy sabemos acerca del cerebro humano, los experimentos, los debates, los errores y los triunfos para desenredar la relación entre las neuronas, el papel de las sinapsis y la forma en la que los “módulos” cerebrales se unen para crear nuestra realidad.
En La pregunta difícil, Correa logra llevarnos en un recorrido por los más de 60 años de investigaciones del doctor Llinás, sus luchas políticas, el sueño y la caída de la Misión de Sabios a inicios de los 90, entre muchos otros episodios alrededor del mundo.
Sin duda alguna Rodolfo Llinás es un colombiano extraordinario, médico, doctor en neurofisiología, cuenta en sus haberes con varios doctorados honoris causa y es uno de los profesores más reconocidos de la Universidad de Nueva York. Ha publicado en las revistas científicas más importantes del mundo, pero lo más relevante es que ha logrado responder inquietudes fisiológicas trascendentales acerca de nuestro cerebro, a pesar de que la comunidad científica siempre creyó que estaba equivocado, su terquedad lo llevó comprobar sus teorías, ha roto paradigmas centenarios en la neurociencia en varias ocasiones.
Su trabajo con el ganador del Nobel de medicina John Eccles y el japonés Kazuo Sasaki lo llevó a mapear desde el punto de vista fisiológico el cerebelo, y entender la jerarquía entre las neuronas, como lo dice Correa, "la localización de cada músico en esa orquesta cerebelar". Pero la ciencia no es aislada, por una tercera persona, Llinás y Eccles entraron en disputa, nunca se volvieron a hablar (el segundo murió en 1997). Como todo en la vida, la ciencia tiene algo de política, un poco de envidia y mucho de amor.
Entender el papel del calcio en la comunicación entre las neuronas y cómo interactúa con las células, además de usar veneno de una araña para bloquear esa relación y estudiarla, es uno de los logros que llevó a Llinás al pódium de la ciencia mundial. El calcio es para el cerebro como el fuego para el desarrollo del hombre.
Pero su vida no ha estado alejada de las controversias; por un tiempo experimentó con cuyes, a los cuales anestesiaba y luego decapitaba, separaba el tallo cerebral y el cerebelo para saber si un cerebro aislado siente placer, la respuesta fue sí. "Descubrí que realmente el cerebro aislado es capaz de conciencia", dice Llinás. Se comunicó en los términos más primitivos, placer y dolor pero la oposición y los límites éticos lo llevaron a abandonar la investigación.
Hace unos 5 o 6 años trabajó con nanoburbujas, una nueva propiedad del agua que violaba las leyes elementales de la física porque podían perder millones de moléculas de gas por segundo pero no estallaban, dichas moléculas se reciclaban.
Las aplicaciones de este estado fueron variadas, inicialmente se pretendía mejorar la condición de Anthony Wood, físico texano que sufría de esclerosis lateral amiotrófica (misma enfermedad que padece Stephen Hawking) y quien las descubrió por accidente, su capacidad pulmonar mejoró por el descenso en la inflamación gracias a esta "agua bendita", como la llamó Llinás.
Esa "agua bendita", que funciona como una pila para las células, como un "catalizador que se pone a la gasolina de los carros", le trajo discusiones e incluso problemas legales porque para algunos no había suficiente sustento teórico para demostrar sus aplicaciones y beneficios.
La pregunta difícil no es un texto solo sobre ciencia, es una historia cargada de emociones y sorpresas que nos regala la investigación y la vida de un personaje tan peculiar como Llinás, quien no tuvo altas calificaciones en el colegio o universidad, difícilmente termina un libro completo, se ufana de tener el telescopio casero más grande de Norteamérica y tiene a la entrada de su casa en Woods Hole un cuadro gigante del pintor Carlos Jacanamijoy.
Algunas frases
- "Entender la felicidad será misterioso aunque tengamos un mapa matemático completo de cada estado del cerebro".
- Estamos atrapados en una ilusión. La conciencia sería un simple truco de nuestras mentes que no exige mayor explicación (Daniel Dennet de la Universidad de Tufts)
*Docente de la Escuela de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Manizales
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