Si las metas transparencia del Estado son hoy mucho más estrictas, el debate electoral de las propuestas anticorrupción debe llevarse igual de estricto.
En otras palabras, hay que discutir las propuestas de transparencia más allá de los rumores y acusaciones que salen de las campañas -generalmente sin pruebas y sin ánimo de presentarlas donde se debe-. Hay que dejar de pensar que el candidato más transparente es el de los colores más vistosos o el del eslogan anticorrupción más elocuente. Tampoco es más transparente el que menos acusaciones recibe por redes, ni el que dice acudir sin falta a eventos o entrevistas donde se hable de corrupción. Calificarlo así, no es más que proselitismo, propangada. Hay más por debatir.
Volvernos estrictos en el debate es revisar las alianzas y la financiación de campaña, pero también es analizar los planes de gobierno de los candidatos. Es esto último lo que propongo esta vez: confirmar el nivel de exigencia programática en el que cada uno construye su discurso de lucha contra la corrupción. Acá va un comentario rápido -en orden alfabético por apellido- de lo que dicen los planes de los candidatos a la Gobernación de Caldas.
Camilo Gaviria (Centro Democrático, Partido Liberal, MIRA, ASI, Colombia Justa y Libres) anuncia que su plan observará principios de gobierno abierto, acceso a la información pública, austeridad en el gasto de funcionamiento, participación y atención ciudadana. Ofrece apuestas concretas: dar acceso web a datos del Plan de Desarrollo y de la contratación; cumplir con la Ley de Acceso a la Información Pública; fortalecer los sistemas de atención al ciudadano; descentralizar la administración y la rendición de cuentas; usar pliegos y contratos tipo; usar del SECOP II.
Su fortaleza es estar en sintonía con las normas y técnicas que se aplican hoy en Colombia y el mundo. Su novedad son dos apuestas: la necesidad de usar un lenguaje claro (con infografías, mapas y gráficos sencillos), que se olvida en los despachos públicos; y la creación de laboratorios de innovación pública, que bien usados pueden llevar a desarrollos tecnológicos de transparencia con buen impacto ciudadano. 
Ángelo Quintero (Partido Conservador) dice que ajustará o implementará sistemas de monitoreo para los recursos públicos. Afirma que usará tecnologías de la información para mejorar la toma de decisiones en los problemas del departamento, para dialogar con todo el territorio, y para alcanzar una total transparencia de la gestión.
La novedad es su apuesta por enfoques de datos abiertos, con procesamiento y analítica técnica, incluso en marcos de big data. Esto con el fin de disponerlos no solo para veedores y organizaciones de control social, sino para los gremios y la academia en sus apuestas de competitividad y de desarrollo sostenible. Esto facilitaría unos datos accesibles y en tiempo real sobre todos los sectores de gobierno, en especial para el seguimiento de las metas e indicadores.
Finalmente, Luis Carlos Velásquez (Unidos por Caldas, con apoyos de sectores del Partido de la U, MAIS, Cambio Radical, Partido Liberal y Partido Conservador). En su programa de gobierno anuncia que fortalecerá en conjunto la estrategia actual del departamento en Gobierno Abierto. También le apostará a la infraestructura de atención ciudadana con ventanillas de atención y los canales virtuales. Su apuesta es afianzar el legado del gobierno saliente para, según él, poner a Caldas como ejemplo en el país.
La novedad que aparece es su apuesta de fortalecimiento para organizaciones sociales y líderes sociales y de derechos humanos a través de escuelas de liderazgo. Reconoce que la idea del veedor ciudadano hoy es un rol más enriquecido y conectado con otros sectores.
Son programas que responden a las exigencias de hoy, cada uno en su enfoque. Sin embargo, algunas recomendaciones para los tres. Primero, complementarse con la construcción de la nueva política pública del Gobierno Nacional, que viene con enfoque datos abiertos, con nuevas miradas en la formación de organizaciones sociales de veeduría y con el foco sobre sectores específicos como educación y salud. 
Segundo, desagregar lo que reconocen como estrategia de Gobierno Abierto del gobernador saliente. No puede verse como un todo, no todo avanza igual. Así pues, deben ponerse en sintonía con los avances y hacer algo de propuestas más concretas con pendientes como la gestión de archivos, la mitigación de la contratación directa y las licitaciones de pocos proponentes, la generación de datos abiertos reales y algunas resistencias internas que quedan con el sistema de gestión documental y el uso del SECOP II.