Cuando las personas sienten que no pueden hacer nada más por mejorar sus vidas o transformar las circunstancias, tienen el riesgo de entrar en la llamada asiliencia o desesperanza aprendida, viéndose a sí mismos, a la vida y el futuro en un tono negro oscuro; desconociendo las oportunidades, dejando de buscar alternativas y resignándose a su mala fortuna como víctimas sin otra alternativa de respuesta.
Seguramente no habías escuchado el término, pero todos conocemos a alguien que actúa de esta manera, el problema de esta actitud es que no solo afecta a las personas que la experimentan, sino que gracias a las neuronas espejo, genera resonancia límbica y se contagia a quienes les rodean, lo cual hace que sea aún más complicada, porque ante la pandemia tenemos la vacuna, pero ante los retos de salud mental solo podemos contar con la capacidad de estimular el autocuidado de cada uno de nosotros, y no es que no sea posible, tan solo que hemos ignorado el impacto de la salud mental por tanto tiempo que son muy pocas las personas que cuentan con un botiquín equipado de primeros auxilios emocionales que puedan utilizar para hacer frente a los tiempos difíciles.
Pero aquí estamos, somos los resilientes los que buscamos alternativas para transformarnos en una mejor versión un paso a la vez, y para eso quiero compartirte cinco claves que te pueden ayudar a lograrlo:
*  Toma acción: no creas que eres indefenso, revisa pequeñas acciones que te hagan sentir seguro y capaz de realizar cambios en tu vida, y avanza.
*          Actualiza tu mentalidad: revisa qué palabras empleas que te limiten y cuáles pueden ser las alternativas, con esto vas a lograr que tu mente se oriente hacia la mejora continua.
*  Aprende siempre: lo hiciste bien, saca una lección y busca cómo mejorarlo. Te equivocaste, revisa el error y encuentra la alternativa para una próxima oportunidad.
*  Cultiva emociones positivas: agradece por lo que tienes y por lo que puedes conseguir. Busca aspectos positivos en tu vida, tu cuerpo, tu trabajo.
*  Visualiza: mira con los ojos de tu mente la vida que quieres vivir y las acciones que puedes tomar ya, para comenzar tu rumbo hacia ese lugar.
Recupera tu poder para sentirte bien, nadie puede hacerte infeliz sin tu permiso. Cada día en tus primeros diez minutos sintoniza con las posibilidades. Colócate un objetivo desde el ser o el hacer y trabaja para lograrlo, y antes de dormirte revisa tus logros, elije lo mejor de tu día y disfruta de sentir un momento de calma respirando lento y siendo consciente de lo afortunado que eres por todas las cosas buenas que tienes en tu vida.
Decide compartir la esperanza de que las cosas puede mejorar, sé amable, generoso y empático, no sabes el reto emocional que puede estar viviendo la persona que te encuentras en tu camino, y nunca olvides sonreír, es un masaje para cada célula de tu cuerpo que le dice que las cosas están bien y si te sientes en calma actuarás de manera más inteligente.