Mientras el mundo, incluido nuestro país, trata de retornar a la vida productiva, aunque las restricciones en muchos sentidos continúen y veamos aparecer ghettos en nuestras ciudades, como el del barrio Kennedy en Bogotá o el de Santa Cruz en Medellín, debido a la pandemia y al desorden cultural de sus habitantes y eventos tan duros golpeen al mundo, como la muerte del afroamericano George Floyd, brutalmente asesinado por un policía, quien se arrodilló sobre su cuello hasta ahogarlo de manera absurda y despiadada. La mayoría de los habitantes de este planeta buscamos una luz de esperanza que nos ayude a seguir adelante: Resiliencia sería la palabra exacta o más bien la cualidad que necesitamos cultivar en este momento que estamos viviendo.
Existen varias definiciones, pero a mí me gusta usar una frase sencilla; es la capacidad para afrontar la adversidad y salir fortalecidos, para ello es necesario cultivar una actitud positiva aunque lo que nos rodee nos muestre un panorama difícil. Creo que la mejor aliada de la resiliencia es la determinación a no dejarse vencer por los problemas. La ventaja es que es una cualidad que se puede cultivar y como nuestro cerebro tiene una gran capacidad de adaptación al cambio, si nos empeñamos en conseguirla lo podemos lograr. Me atrevo a hablar de este tema, pues sin resiliencia no hubiera podido superar la enfermedad y muerte de mi esposo y el reto tan grande que para mí ha sido ser mamá y papá.
La psiquiatra Rafaela Santos es la presidente del Instituto Español de Resiliencia, en un artículo muy interesante expone los 10 pilares de esta cualidad, los cuales transcribo a continuación: 1. La introspección, que es la capacidad de auto observación y conocimiento de uno mismo. 2. La motivación esencial, que es la capacidad de darle sentido a la vida, creando un proyecto trascendente. 3. La autorregulación emocional, que es lo que nos permite afrontar las tensiones de la vida sin victimizarnos. 4. Independencia y autonomía emocional, que son capacidades que nos permiten mantener una distancia emocional de los problemas. 5. Confianza en sí mismo y en sus propios recursos. 6. Capacidad de relacionarse; crear vínculos saludables y establecer grupos de apoyo, tan importantes en este momento. 7. Actitud positiva y optimismo, que nos ayudan a resolver problemas de manera creativa, evitando el drama (el mejor consejo para esta época) 8. Sentido del humor para encontrar lo cómico en cualquier situación y que afortunadamente hemos visto aflorar con esta pandemia, pues han sobrado los memes ingeniosos. 9. Colaboración y compromiso para ayudarnos entre todos. Por último, moralidad, ética y coherencia, que no es más que actuar de acuerdo a férreos valores y tener concordancia entre lo que se dice y lo que se hace.
Cultivar la resiliencia en estos tiempos difíciles es demostrar que tenemos capacidad de reparación emocional, que ahora todos necesitamos, pues en mayor o menor medida nuestras vidas han sido afectadas por la realidad que estamos viviendo, siempre recordando que la salud física, emocional y mental dependen de nuestra salud espiritual: cultivar una profunda relación con Dios, cualquiera que sea nuestro concepto y manera de relacionarnos con Él es clave para afrontar todas las dificultades que nos depara la vida.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015