Iniciamos un 2020 lleno de sol en Manizales; sin duda se ve y se siente diferente cuando se puede salir a recorrer sus calles sin preocuparse por llevar sombrilla o una pesada chaqueta. La ciudad brilla bajo la luz del sol y nos muestra la majestuosidad de las montañas que la rodean y la imponencia de su inusual arquitectura, dictada por la rigurosidad de un suelo quebrado. También se sienten aires de cambio, aunque algunos se resistan a aceptarlo, para muestra la ridícula propuesta que anda circulando en las redes sociales para revocar el nombramiento de Matilda González. En esta ciudad, que era de godos, llegaron las nuevas generaciones a imponer su visión de mundo más fresca e incluyente, así que lamento que la transformación les moleste a algunos, pero es inevitable.

El sol también pone en evidencia lo que no queremos ver y es triste, pero la ciudad se ve sucia, las dos avenidas principales tienen edificaciones cuyas fachadas están llenas de rayones, inscripciones y grafitis mal hechos, eso es algo que afea mucho a nuestra querida Manizales. Llegó la hora de limpiarle la cara a la ciudad, espero que esta nueva administración haga política pública el cuidado y limpieza de las fachadas de las casas, muros y edificaciones que han sido víctimas del vandalismo de los que protestan destruyendo y también de los ociosos, a quienes les parece muy divertido dañar el patrimonio ajeno o público, dejando su rastro. Sería muy bueno que se creara un subsidio o estímulo para que el propietario pueda arreglar su fachada, todo por el bien de nuestra hermosa ciudad y también castigos muy severos para los que dañan el patrimonio de otros o el que por derecho nos pertenece a todos, pues protestar no es destruir, todo lo contrario, las protestas deben tener una semilla valiosa como objetivo primordial, si no ¿para qué se protesta? Nunca la manifestación en pro del cambio debería estar asociada con actos de agresión, vandalismo y destrucción.

El sol también pone en evidencia la falta de verde en nuestra ciudad, el barrio en el que he vivido toda mi vida se llama La Arboleda y de árboles quedan tan pocos; todo por darle paso a un mal planeado desarrollo, que arrasa con la naturaleza ¿Dónde están las arboledas que tanto nos hacen falta? Espero que esta nueva administración haga programas de arborización y cree nuevos parques y zonas verdes, para que los manizaleños respiremos un mejor aire, ayudemos a menguar los efectos del cambio climático y cuidemos nuestras fuentes de agua. Confío en que el nuevo alcalde se preocupará por reverdecer nuestra ciudad, que tanto lo necesita.

Así pues, abracemos este nuevo año con la mejor actitud y con mucho optimismo, esperando lo mejor para nuestra ciudad y para el departamento, pero iniciando el cambio en nosotros mismos. Yo, por mi parte, inicié un año de inmensa transformación interna y externa, con decisiones de vida que espero sean un verdadero punto de quiebre para mi historia personal y que ojalá impacten en quienes me rodean de una manera positiva. También renuevo mi compromiso con ustedes de tratar de dar lo mejor de mí en cada artículo que les comparto, porque así no los conozca personalmente, escribirles es uno de los más importantes propósitos que le dan sentido a mi existencia aquí en la tierra. Gracias.

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El sol también pone en evidencia la falta de verde en nuestra ciudad.