Hablábamos de las Fallas. Llenaría un artículo hablando de ellas. Solamente diré que me escandalicé cuando leí un folleto que reparte el Ayuntamiento en el que se dan los detalles de las fiestas y de todas las fallas que son centenares y se explica falla por falla el valor de cada una. Recuerdo que ese valor era inmensamente superior al presupuesto de cualquier ciudad de Colombia. ¡Y queman esas bellas esculturas y los ninots, que son figuras pequeñas del tamaño de seres humanos, que acompañan el motivo central de la gran escultura! ¿Y queman todas estas obras de arte que costaron un año entero de trabajo? Yo iba invitado por la Alcaldía, que allá llaman Excelentísimo Ayuntamiento. Cuando expresé mi perplejidad, un funcionario me explicó “despacio y con buena letra” que el dinero que Valencia gana en esas fechas por el turismo, por los hoteles, restaurantes, ventas de artesanías, etc, etc. es inmensamente superior al costo de las esculturas y que lo que atrae a los visitantes es precisamente la “quemá” o sea la quemada de todas las esculturas la media noche de San José, excepto la ganadora que es indultada y entra a formar parte del Museo Fallero. Los artistas trabajan durante todo el año acompañados de varios operarios fabricando las esculturas. Las fallas dan trabajo a muchos valencianos.
No resisto la tentación de contar una anécdota que aunque tiene algunas variantes de todos modos no cambian el sentido del acontecimiento. Algunos dicen que es mentira, los periódicos la dieron como cierta. El protagonista es Santiago José Carrillo Solares, que fue secretario general del partido Comunista español entre 1960 y 1982, o sea que su mandato cubre los años setenta que son objeto de mi comentario y de algunos años de mi estancia en España. Carrillo, nacido en 1915 y muerto en 2012 fue hombre decisivo en el gobierno comunista de la Segunda República. La anécdota es la siguiente. Viajaba Carrillo de Santiago de Compostela a Madrid en un avión de Iberia. El avión pasaba por encima de Paracuellos de Jarama, pueblo situado a 26 kilómetros de Madrid y sitio desde el cual los aviones ya vienen iniciando la aproximación al aeropuerto de Barajas. Carrillo llamó a la azafata y le dijo que pidiera al capitán del avión que se comunicara por radio con el pueblo y le trasmitiera este mensaje: “Yo, Santiago Carrillo desde este avión de Iberia envío un saludo cordial a las autoridades y habitantes de Paracuellos de Jarama”. La azafata cumplió con el pedido del político comunista. El capitán del avión se comunicó con el pueblo y abrió los parlantes para que los pasajeros del avión oyeran el mensaje, y dijo: “El señor Santiago Carrillo envía un saludo cordial desde este avión de Iberia a los habitantes de Jarama y yo el comandante del avión les comunico que allí Carrillo asesinó a mi padre”. Le salió a Carrillo el tiro por donde sabemos.
En Paracuellos de Jarama fueron asesinados y torturados varios miles de franquistas en noviembre de 1936. Es una de las mayores atrocidades cometidas por los republicanos comunistas. La historia ha culpado directamente de la matanza a Santiago Carrillo. Allí murieron muchos sacerdotes, religiosos y monjas. El dato más conservador y seguro de los muertos es de 2.500 pero hay historiadores que lo elevan a 3.000 e incluso a 7.000. Dijimos que los más imparciales historiadores de la Guerra Civil han sido los ingleses. Ian Gibson, irlandés que se declaró socialista, documenta el horror de la matanza y culpa directamente a Carrillo.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015