Madrid tiene centenares de atractivos de todo tipo: históricos, arquitectónicos, religiosos, deportivos, artísticos, gastronómicos… todo lo que se quiera. Para quienes disponen de un solo día, un solo día completo, les ofrezco este itinerario que cubre lugares emblemáticos de la ciudad y que se encuentran en el centro, muy cercanos y que se pueden recorrer a pie y son: La Puerta del Sol, la Plaza Mayor, el Teatro de la Ópera, el Palacio de Oriente, el Templo de Debod y la Plaza de España.
La Puerta del Sol es el centro neurálgico de Madrid. Siempre está llena de nativos y, sobre todo, turistas. No se olvide que el número de turistas que España recibe al año rebasa el número de habitantes del país y todos indefectiblemente comienzan por Madrid o salen de regreso a sus países por Madrid, ya que allí está el aeropuerto de Barajas, rebautizado como Adolfo Suárez -Barajas. Este aeropuerto es el punto de llegada y salida de los vuelos de y para Latinoamérica. El visitante que llega a la Puerta del Sol lo primero que ve es un grupo de personas mirando al suelo en determinado punto y haciéndose fotografías a sí mismas y al suelo. En ese punto frente al antiguo edificio de Correos se encuentra el Punto Cero de todas las carreteras radiales españoles, o sea de las principales rutas que salen hacia todos los puntos cardinales de la Península. El visitante también verá otro grupo, tal vez más numeroso, haciéndose fotos al pie del monumento del Oso y el Madroño, emblemático en Madrid, que se encuentra en el punto de arranque de la publicitada calle de Alcalá.
El monumento, como su nombre lo dice, muestra a un oso de pie apoyado en sus patas traseras y que sostiene las delanteras en un árbol de madroño. Este monumento, el Punto Cero y el Reloj del edificio que fue de Correos, son los tres elementos más significativos de la Puerta del Sol. El reloj marca las doce campanadas en la noche del 31 de diciembre y da inicio al rito de las 12 uvas de la multitud aglomerada en la plaza.
A ellos se une la estatua ecuestre de Carlos III, “el mejor alcalde que ha tenido Madrid”. Así se lo llama aunque no fue alcalde, pero fue un monarca que hizo muchas obras en la capital y por eso es muy recordado y la ciudad, agradecida, le dedicó este monumento en la plaza principal. La estatua ocupa el centro de la plaza, pesa toneladas y tiene un dispositivo que le aleja las palomas, aunque yo siempre las he visto posadas. En la parte frontal del monumento se lee: ”Carlos III, rey de España” y en la trasera: “Madrid, al rey ilustrado”. En doce renglones se resume todo lo que el rey hizo por Madrid y para leerlos se debe dar la vuelta total al monumento. Al caer la tarde durante los meses de verano se instala en la base del monumento a Carlos III un grupo de músicos que interpreta canciones mejicanas. Siempre hay un grupo de turistas que los oyen y les dan monedas. Una vez pregunté de dónde eran y resultó que ninguno de los músicos es mejicano; uno es colombiano, otro ecuatoriano, algún español, los demás latinoamericanos.
No siendo ni mucho menos el elemento principal de la plaza pero sí el más destacable a primera vista, en el techo de uno de los edificios se lee la propaganda del famoso “Tío Pepe”, reconocido licor español.
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