Estábamos admirando la enorme estructura del Palacio Real de Madrid, obra de muchos arquitectos, Ventura Rodríguez y Francisco Sabatini entre otros. De mi única visita al palacio recuerdo pinturas de Goya, Tiépolo, Caravaggio y Velázquez. (sic). En España escriben este nombre con dos "zetas", nosotros, con una: Velásquez. También recuerdo los famosos Stradivarius del palacio: dos violines, una viola y un violonchelo de la famosa marca italiana. El palacio es utilizado para la presentación de credenciales de los embajadores ante el rey y para otras ceremonias oficiales de alto vuelo. A un costado del palacio se encuentran los famosos Jardines de Sabatini cuyos corredores de setos de pinos semejan pequeños laberintos. Los fines de semana los visitan los turistas para descansar y hacerse fotos dada la belleza del conjunto.
Avanzamos unos diez minutos y llegamos a la espectacular Plaza de España, otro de los referentes de Madrid. Saltan a la vista los dos primeros rascacielos de Madrid y el monumento a Cervantes, que según dicen, es el más grande de todos los que el escritor tiene en el mundo. Recuerdo en este momento el que le se le ha levantado en Grecia en recuerdo de la batalla de Lepanto. Obviamente la batalla fue en el mar, pero el monumento está en tierra con una particularidad especial: la placa dice que el representado es Cervantes, pero no es él, se trata de El Quijote. La placa está escrita en castellano y tiene algún yerro de ortografía. El monumento al escritor en la Plaza de España es hermoso: arriba está Cervantes y abajo El Quijote a caballo, Sancho Panza en su jumento, Dulcinea y Aldonza Lorenzo. Los turistas se encaraman en el pedestal y se hacen fotos con los dos personajes. Los dos rascacielos son emblemáticos en Madrid. La llamada "Torre de Madrid" es el más alto de la plaza y dicen que en su momento fue el edificio de hormigón más alto del mundo. Será o sería. El otro, sin embargo, es más famoso y se llama el "Edificio España" que ocupa toda una manzana. El primero es más esbelto y estrecho, el segundo más monumental y ancho. En mis épocas de estudio en Madrid allí funcionaban las oficinas de varias empresas de aviación, entre ellas Avianca, y de agencias de viajes, había un hotel de lujo.
Con los años el edificio fue abandonado y así duró mucho tiempo. Ya en este siglo empresas chinas se interesaron en el edificio, incluso una de ellas lo compraba para derruirlo y levantar un edificio moderno, cosa que Madrid impidió. Por último, ahora, pertenece a la cadena hotelera Riu, que lo compró y lo modernizó sin cambiar el aspecto externo para alegría de los madrileños. El número de ascensores del edificio de 26 pisos da idea del tamaño del edificio: 32 ascensores.
Casi en una esquina de la Plaza España se encuentra uno de los palacios más fastuosos de Madrid, ahora abierto al público, el Palacio de Liría, que pertenece a la Casa de Alba, tan famosa en la historia de España y de Europa.
Terminaremos el propuesto recorrido de un día por el centro de Madrid visitando el templo de Debod. España fue uno de los países que acudió al llamado de Egipto para que le ayudaran a salvar los templos cuando fue inundado el gran lago de Asuán, ayuda que permitió reubicar más arriba el templo de Abu Simbel. En agradecimiento Egipto regaló un templo a cada uno de cuatro países que colaboraron.
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