En la base del monte Gellert hay una iglesia rupestre de la que me habían hablado mucho y por eso la visité. Fue fundada en el siglo XIII por los padres paulinos y ha sido cerrada en dos ocasiones por diferentes gobiernos siendo el último el de los comunistas. Fue abierta definitivamente en 1989 y para la apertura vino de Polonia un grupo de padres paulinos motivo que explica por qué abundan los motivos polacos en el templo. El primer motivo es una copia de la virgen negra de Czcestochowa, patrona de Polonia. También hay una pintura de San Maximiliano Kolbe, monje polaco que ofrendó su vida en el campo de Auschwitz para salvar la de otro prisionero. Una placa recuerda los nombres de los campos de exterminio donde se internó a los soldados polacos durante la Segunda Guerra Mundial.
También en la base del monte se encuentra una joya de Budapest: el balneario Gellert y el hotel del mismo nombre; ambos están integrados. La ciudad posee la mayor cantidad de baños públicos y termales de Europa y a la vez los más hermosos. Este de Gellert es quizás el más bello. Ambos, hotel y balneario, fueron construidos entre 1912 y 1918, o sea durante la Primera Guerra Mundial. Las salas están decoradas en el más depurado estilo Secesión (Art Nouveau). El balneario posee en total 12 piscinas termales, además de saunas, piscinas al aire libre, piscina espumosa y piscina con olas, cafeterías, bares y salas de estar. Las aguas no son simplemente termales, sino que los componentes minerales que contienen les confieren valor terapéutico. En las vidrieras de la escalera de entrada del hotel se ilustran antiguas leyendas sobre un ciervo mágico. Pregunté y me remitieron al poeta Janos
Arany que junto con Sandor Petofi, Edre Ady y Jozsef Attila (del que ya hemos hablado) figura como el más grande poeta húngaro. Me interesó mucho Janos Arany entre otras cosas porque no tenía idea de él y porque es el mayor poeta épico húngaro. Vivió entre 1817 y 1882. Su gran poema explora las leyendas épicas magiares y su personaje heroico es Toldi. Así escribió: Los Amores de Toldi y El Ocaso de Toldi.
En la base del Monte Gellert y entre éste y la colina del Palacio Real se encuentra Tabán, lugar donde se asentaron los primitivos eravos y luego los romanos. Al descender de Gellert quise detenerme allí porque es una zona muy hermosa con un bello parque-jardín rodeado de varios edificios que son obra de Miklos Ybl, uno de los más importantes arquitectos de Europa en el siglo XIX y el más influyente en Hungría, desde luego. De él ya hemos hablado. Muchas, muchísimas fueron las obras que dejó a lo largo de su larga carrera. Sus dos principales fueron el Palacio de la Ópera Nacional y la catedral de San
Esteban. Había nacido en 1814 y murió en 1891. El Premio Nacional anual de Arquitectura de Hungría lleva su nombre, como tenía que ser. En este distrito de Tabán Ybl tiene un monumento.
Estando cerca de la colina de Buda donde se encuentra el Palacio Real lo lógico era subir y recorrer la zona. Pero ya era tarde y preferí regresar a mi hotel y conocer de paso unos monumentos que se me habían escapado. Llegué, pues a la Plaza Batthyany ubicada exactamente frente al Parlamento, pero del otro lado del río. La Plaza lleva el nombre de Lajos Batthyany que fue primer ministro durante la revolución de 1848-1849 y que fue fusilado por los austríacos.
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