¿Y cómo es él? ¿El Raudal de mi historia? El color del agua es raro, extrañamente café.
Como el libro aparecería en versión castellana y versión inglesa por aparte, no sería un libro con textos en castellano y textos en inglés, Benjamín consultó la portada con libreros norteamericanos que se mostraron opuestos a la foto que proponíamos pues decían que el agua era sucia. Pero Benjamín, con su gran olfato de editor exitoso se mantuvo firme y el libro y la portada triunfaron. El color se debe a que se trata de un río de agua negra y los reflejos de la luz dan ese color a la cascada. Del libro se hicieron varias ediciones y ya está agotado. Quedan algunos sueltos en diversas librerías. Una librería de Cali vendió los últimos ejemplares que le quedaban a $500.000 cada uno y explicaba a los clientes que eran ejemplares de colección. El valor del libro siempre fue de $180.000.
El libro ha sido regalo de los presidentes de Colombia cuando van de gira y el más buscado por los extranjeros en Colombia que lo llevan en su versión inglesa.
¿Qué es lo que más me encanta de esta cascada? Cuando los árboles del bosque vecino permiten que le llegue la luz del sol hacia las 7 y media de la mañana, siempre se forma el arco iris y paulatinamente va descendiendo hasta que hacia las 11 el arco desaparece en las aguas del caño. Yo no he visto este fenómeno en ninguna parte. Si algún lector me contradice, me gustaría.
Esta circunstancia hace que se logren fotos interesantes como “colgarse” del arco, o colocarlo sobre la cabeza o en las manos de dos personas que se están saludando. Aquí me ocurrió un encuentro con un indígena que apareció de repente y que venía vestido simplemente con su taparrabos. Traía en la mano una copita llena con una sustancia de color oscuro y a una pregunta mía me dijo que era curare. No hablaba castellano. Quise comprarle la copita le mostré dinero y se negó y lo único que dijo fue: “mata”. Ofrecí más dinero y la respuesta fue igual. El indígena se fue por el caminito aguas arriba de la cascada. Reflexionando sobre el hecho me sentí íntimamente avergonzado y humillado. El indígena me dio una lección. Evidentemente yo no quería el curare para matar a nadie, pero entendí que los “civilizados” pretendemos comprarlo todo con dinero. Y así estamos y así está el mundo.
El último paisaje y tesoro espectacular del Guainía del que ya hablé es el territorio Ramsar. Este título se da en el mundo a lugares excepcionalmente ricos en agua y por lo mismo en flora y fauna asociados, con especial énfasis en aves acuáticas. En Ramsar, Irán, a orillas del Mar Caspio se creó la Convención Ramsar, que desde 1975 protege a los humedales de importancia internacional. Hasta ahora en el mundo hay declarados unos 2.500. Estos son otros de Colombia: Laguna La Cocha, Laguna Otún, Lagunas de Chingaza, humedales de Bogotá, Ciénaga de Ayapel, Laguna de Tarapoto en el Amazonas y complejo lagunar del río Bita en el Vichada. Esta hermosísima corriente del Vichada es el primero río con derechos en Colombia.
Ya hemos hablado de la Estrella Fluvial del Sur que es el mar interior que forman los ríos Guaviare engrosado con el Inírida, el Atabapo y el Orinoco y es territorio Ramsar
Termino la serie del Guainía, territorio que me ha embrujado con su belleza y al que regreso todos los años y en el que he pasado varias Navidades y Años Nuevos.
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